Después de la presentación, pasó varios minutos emocionada. No era para menos: había hablado de la salud de Florencia Kirchner y de lo responsable que ella se siente de su hija ahora que Néstor Kirchner no está. Pero también la conmovió la presencia de las veinte mil personas que ayer esperaron desde las tres de la tarde afuera de la Facultad de Periodismo de La Plata para ver en pantalla gigante a la ex presidenta en su primera aparición pública después de la victoria del Frente de Todos en la PASO del 11 de agosto. Cristina Fernández de Kirchner dijo que la vivió con ambigüedad “porque la alegría del triunfo” convive en ella con la tristeza por el desastre económico que generó el gobierno de Mauricio Macri. La senadora dijo que la actitud del presidente de responsabilizar al electorado de su derrota y hacer subir el dólar para perjudicar a los argentinos “no es de mal presidente, es de mal ser humano”. Agregó que si es candidata a vicepresidenta “no es porque me interese el cargo, sino para conformar una nueva mayoría. Quiero que vengan las nuevas generaciones para que la historia cambie en serio y espero que estas ideas neoliberales que les metieron en la cabeza por decimotercera vez no triunfen nunca más”.

Como en cada presentación de Sinceramente, Cristina conversó con el escritor Marcelo Figueras, quien después de preguntarle cómo se sentía en La Plata, su ciudad de nacimiento, fue directo al tema del triunfo electoral. La senadora dijo que no cree en las encuestas, que Néstor sí creía, pero que a las 20:30 de aquel domingo su hijo Máximo Kirchner la llamó para darle los resultados de las mesas testigo y que a partir de ese momento tuvo una sensación ambivalente. De alegría, sí “pero también me pregunto el por qué estos cuatro años que estamos viviendo. Nosotros dejamos un país con problemas porque sólo los muertos no tienen problemas, pero es raro volver, que todo esté inmanejable y que además nos digan que la culpa es nuestra. Los resultados de las PASO son el producto de las políticas de este gobierno. Si no, no hubiéramos ganado”, dijo la senadora y luego de repasar la actitud después de las derrotas de Néstor Kirchner en 2009 y de Daniel Scioli en 2015 se preguntó si alguien había escuchado a alguno de los dos hablar de fraude o responsabilizar al electorado. “No”, se respondió. “Porque hay que ser responsable”. Cada tanto, desde el auditorio le gritaban “vamos Cristina” o “vamos mi amor” y tuvo que interrumpir varias veces su discurso por los aplausos. Respecto de la actitud del presidente Mauricio Macri, quien el lunes posterior a la derrota retó al electorado y a la oposición por las consecuencias de ese voto, puntualizó que al día siguiente de la derrota del 2009, Kirchner se puso a trabajar sin echarle la culpa a nadie. “¿Se lo imaginan diciendo `¿lo votaste a fulanito’´ Ahora te voy a hacer subir el dólar. Eso no es de buen o mal presidente. No es de buen ser humano”, dijo. Y se ganó una ovación.

La presentación en La Facultad de Periodismo de La Plata estaba pautada para las 17, pero a las tres de la tarde ya había gente sentada en los jardines que rodean la institución, con reposeras y mates. Luciana, Sofía y Rocío tienen 22 años y les falta uno para recibirse de licenciadas en Comunicación Social en esa facultad. Estaban contentas. “Empezamos con Cristina en el gobierno y vamos a terminar igual”, dijo Luciana a Página/12. Cualquier extranjero desinformado que caminara ayer las calles de la Plata adyacentes a la Facultad de Periodismo no podría haber adivinado que la Argentina está gobernada por un tal Mauricio Macri. Choripanes, banderas de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner a 150 pesos, gorritos con las leyendas “Vuelve”, “Cristina es pueblo” o pañuelos azules con el logo de Sinceramente fueron la esperanza de decenas de vendedores con la necesidad imperiosa de hacer un peso en un acto en el que los organizadores calcularon la presencia de veinte mil personas.

A las 17:15, una locutora anunció la llegada de la senadora Cristina Fernández de Kirchner, de la intendenta de La Matanza Verónica Magario y del candidato a gobernador bonaerense, Axel Kicillof. También estuvieron Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, quien llegó junto a Alejandro Sabella. El ex entrenador de la Selección Argentina presenció el acto en primera fila acompañado por su mujer y pasó varios minutos conversando en privado con la ex presidenta. También estuvieron la candidata a intendenta de La Plata Florencia Saintout (diputada provincial y ex decana de la Facultad de Periodismo) su competidora en la interna, la concejala Victoria Tolosa Paz y las diputadas Victoria Donda y Gabriela Cerruti.

Cristina reiteró que durante su gobierno tuvo la prensa en contra y que este gobierno está blindado. “El que no compra PáginaI12 o no mira C5N no sabe lo que pasa”; dijo, pero también admitió que ese ataque contante de los medios hegemónicos hacia su gobierno muchas veces la puso a la defensiva y muchas veces contestó enojada. Entre ambas situaciones, Cristina dijo preferir la crítica constante al blindaje “porque nos obligó a ser mejores” mientras que el gobierno de Macri terminó creyendo lo que decían los medios amigos “y por eso se sorprendió tanto con el resultado electoral”. En ese momento, se escuchó que desde alguna fila le gritaron “sos gigante”. El final de la presentación estuvo dedicado a hablar de sus dolores. Salió el tema de su hija Florencia (ver recuadro) y se emocionó. Después del acto salió a saludar a la multitud que la había esperado desde temprano, ésa que Cristina dice la sostuvo en los momentos difíciles.