Los empresarios de distintos sectores económicos se mostraron a favor de los controles de capitales, aunque consideran que las medidas son una respuesta del Gobierno a la crisis financiera que atraviesa la economía. Temen que las restricciones a la compra de dólares signifique en la práctica una dificultad para importar los insumos que necesitan las empresas para producir. En cuanto a la aceleración de la liquidación de divisas y el canje de bonos por impuestos, los pequeños y medianos empresarios no se vieron afectados, dadas las dificultades para exportar e invertir en un momento de caída de la rentabilidad y aumentos en los costos. Los sectores agroexportadores adelantan que las medidas del Banco Central pueden demorar la venta de soja de los productores en el corto plazo y acelerarla si se estabiliza el dólar.

José Urtubey, CEO de Celulosa Argentina aseguró que las medidas eran necesarias. “Son una síntesis del deterioro económico y de la falta de planificación económica del Gobierno”, dijo a la prensa tras reunirse con industriales en el Día de la Industria. Su principal temor es que las restricciones signifiquen mayores niveles de burocracia y de discrecionalidad a la hora de exportar mercadería e importar insumos. “Esto es volver al dedo del Banco Central”, agregó. Por otro lado, consultado sobre el tipo de cambio, dijo que el dólar no es la única variable que hay que mirar. “Tenemos falta de financiamiento con estas tasas de interés y una tributación excesiva. La industria perdió 200 mil puestos de trabajo en menos de 4 años. Es un desastre”, concluyó.

En este mismo sentido opinó Marcelo Fernández, dueño de la fábrica de cierres Lynsa. “Esperemos que no haya retrasos en la aprobación de compra de insumos para la industria. Por más que el mercado esté deprimido, necesitamos seguir con la producción”, dijo a Página/12 el presidente de Cgera. Pese a que las demandas de insumos importados varían según el sector, explicó que en el caso del automotriz puede ascender al 80 por ciento de los materiales necesarios para la fabricación. Si bien se mostró a favor de las medidas, consideró que llegan tarde: “Lo mismo pasó con los embargos de la Afip. Llegan cuando estás en rojo o incluso después de que muchas pymes hubieran cerrado”. Además, dijo que el foco no debería estar en las cuestiones financieras, sino en las productivas.

Daniel Funes de Rioja, titular de COPAL, la organización que nuclea empresas de la industria alimenticia, coincidió con esta mirada. “Las medidas son estrictamente financieras, no están referidas a la producción. Nuestros reclamos son fiscales, de logística, y de cómo volver a desarrollar la industria nacional”, aseguró a la prensa en el Día de la Industria. Dijo que las medidas le sorprendieron por haber sido anunciadas un fin de semana, lo que muestra “la complejidad” del momento económico actual. Sin embargo, consideró que las restricciones a la compra de dólares van a generar una calma cambiaria: “La estabilidad nos permite tener perspectivas futuras para el crecimiento”.

Ignacio Noel, dueño de la empresa de alimentos Morixe, también se mostró a favor de las medidas, pero no por tratarse de una cuestión de emergencia, sino por cómo debe funcionar la entrada y salida de capitales en los países. “La entrada y salida de dólares sin regulación genera una enorme inestabilidad, más en un país como Argentina con sus problemas recurrentes en el balance de pagos”, dijo Noel a Página/12. “Todo lo que sea estabilizar el dólar en este país es bueno para estabilizar los precios”, agregó el empresario.

Si bien desde Morixe exportan el 15 por ciento de la producción a Estados Unidos, Europa y Latinoamérica, no se ven afectados por la aceleración en los plazos para la liquidación de divisas. “No teníamos margen para dejar los dólares afuera porque tenemos que traerlos y venderlos. Es plata que va a la caja para poder afrontar los gastos”, explicó. Además, tampoco se vio perjudicado por la posibilidad de usar letras defaulteadas para pagar impuestos. “En mi caso no tenía ningún bono. Todo el dinero está destinado a la producción y el pago de sueldos”, concluyó.

Por su parte, empresas agroexportadoras aclararon el impacto del control de cambios sobre el sector. "Las liquidaciones de divisas de los próximos meses dependerán del flujo de ventas de granos, particularmente de soja, por parte de los productores. Para disponer de un flujo de ventas normal resulta necesario la estabilidad del tipo de cambio como condición necesaria", publicaron a través de un comunicado desde la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC). En este sentido, fuentes del sector agroexportador adelantan que las medidas del Banco Central pueden demorar la venta de soja de los productores en el corto plazo y acelerarla si se estabiliza el dólar. “¿Cómo creo que juega el "cepito" en la venta de los productores? Puede generar incentivos a retener, ya que es la única forma para el productor de quedarse en dólares, porque ahora no puede darse vuelta y comprar dólares, debido al cepito”, publicó en su cuenta de Twitter David Miazzo, economista de la Fundación FADA.