El porteño Diego Schwartzman (número 21 del ranking ATP) hizo muchísimos méritos durante las casi tres horas de partido, pero finalmente no consiguió en la madrugada del jueves la hazaña ante el español Rafael Nadal, número dos del mundo, quien se impuso por 6-4, 7-5 y 6-2 para alcanzar una vez más las semifinales del US Open, cuarto y último Grand Slam de la tempora, que tras la eliminaciones del serbio Novak Djokovic y el suizo Roger Federer, lo tiene como máximo favorito al título. En la próxima ronda, el mallorquín se medirá con el italiano Matteo Berrettini (24), quien superó al francés Gael Monfils  (13) por 3-6, 6-3, 6-2, 3-6 y 7-6 (5). La otra semifinal la animarán el sorprendente ruso Daniil Medvedev (5) y el búlgaro GrigorDimitrov (78). 

El estadio Arthur Ashe colmado de epectadores, entre ellos el bahiense Emanuel Ginóbili, fue el escenario ideal para que Peque desplegara su mejor tenis ante un Nadal  que supo arrancar a toda máquina pero que a medida que el argentino se soltaba  debió a ajustar su juego y aprovechar al máximo sus oportunidades.

Dos quiebres al hilo en la primera manga dejaba a Nadal listo para un cierre holgado. Sin embargo, Schwartzman fue encontrando su juego, comenzó a atacar y así logró ganar cuatro juegos seguidos para emparejar el marcador. Con ese envión, Peque contó en el noveno juego con dos break points, pero ahí el que encontró la reacción fue el español, que tras recuperarse, quebró por tercera vez al argentino para quedarse con la primera manga. 

El segundo set tuvo un desarrollo similar. Nadal arrasó de entrada, se puso 5-1 arriba, pero lejos de entregarse, Schwartzman volvió a demostrar su ganas y la efectividad de su juego para volver a emparejar el marcador 5-5. A esa altura, lo que quedaba claro era el tremendo ritmo que le imprimían al partido ambos jugadores. Hasta ahí llegó el ímpetu de Schwartzman, porque en la definición otra vez Nadal ajustó al máximo su juego y, tras desperdiciar sos chances de quiebre, se terminó quedando con el parcial.

Pasadas las dos horas de partido, no bajó en la tercera manga ni la calidad del juego ni la extraordinaria intensidad que ambos jugadores le imprimían al encuentro. Sin embargo, a pesar de que el arranque esta vez fue parejo,  Schwartzman comenzó a fallar, como si de pronto hubiera aceptado la idea de que la hazaña no iba finalmente a suceder.  No esta vez, no frente a un rival tan enfocado y decidido, que peleaba cada uno de los puntos con determinación absoluta. 5-2 arriba, Nadal logró un punto para quiebre y partido, y tampoco lo desaprovechó.  Peque se quedó en la red y Nadal festejó la obtención de su pasaje a la semifinal.