La política económica macrista provocó una drástica contracción de los ingresos populares. La capacidad de compra de los trabajadores se derrumbó como pocas veces en la historia argentina. En Macri cumplió con el objetivo , de Alfredo Zaiat menciona que los cinco grandes golpes anteriores al salario real fueron: 1958 (devaluación de Frondizi), 1976 (primer año del Plan Martínez de Hoz), 1982 (estallido de la tablita cambiaria), 1989 (hiperinflación) y 2002 (fin de la convertibilidad).

Analizando los últimos datos disponibles, los investigadores rosarinos del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE) señalan que “en comparaciones interanuales el poder de compra de los salarios fue de un 11,4 por ciento menor que en 2018. Comparando con noviembre de 2015, la caída del salario alcanza el 18 por ciento. Actualmente el poder de compra del salario es equivalente al del mes de julio de 2010”.

Lo cierto es que nada de esto fue un error. La reducción salarial fue un objetivo de política económica. En los primeros días del gobierno de Macri, el entonces ministro de Hacienda Alfonso Prat-Gay blanqueó esa misión de una manera muy particular: “la paritaria discute lo que puede discutir, pero no es sólo la dimensión del salario sino cuidar el empleo. Cada sindicato sabrá dónde le aprieta el zapato y hasta qué punto puede arriesgar salarios a cambio de empleos”.

El escenario fue aún peor que la angustiosa disyuntiva planteada por Prat Gay. La contracción salarial fue acompañada con pérdida de empleos.

La Alianza Cambiemos había prometido que generarían miles de puestos de trabajo de calidad. En esa línea, el Plan Productivo Nacional pronosticaba la creación de 260.000 empleos privados registrados anuales. Cuando se anuncio la quita/rebaja de retenciones a las exportaciones agrarias, el fallecido secretario general de UATRE Gerónimo “Momo” Venegas aseguró que “el campo va a crear dos millones de puestos de trabajo en la inmediatez.” Los números son muy distintos. En los últimos cuatro años, el número de trabajadores registrados en el sector agropecuario apenas creció un magro 1,46 por ciento (4700 nuevos puestos de trabajo).

La última información oficial, correspondiente a mayo de 2019, muestra que “el empleo registrado tocó su piso en el gobierno de Macri. La cantidad de trabajadores formales en el sector privado ya es menor a la que había antes de que asumiera CFK su segundo mandato”, precisan los investigadores del MATE. 

Los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) revelan que, en el último año, se perdieron 217.100 puestos de trabajo registrados. De ese total, el sector manufacturero sufrió la merma de 67.100 empleos registrados. La plantilla laboral industrial retrocedió en 41 de los 42 primeros meses de la gestión Macri. Suman 147.104 los puestos de trabajo manufactureros destruidos desde que comenzó el gobierno de Cambiemos (12 por ciento del plantel existente en noviembre de 2015). 

Ese delicado cuadro de situación explica no sólo las preocupaciones sindicales sino también las declaraciones del ex presidente de la UIA Héctor Méndez. El dirigente fabril sostuvo que “esto es comparable con la época de Martínez de Hoz. Aunque es más duro por las expectativas que generó. Uno no esperaba de Martínez de Hoz una acción mejor, sí la esperaba de Macri”. Las expectativas de algunos agentes económicos no fueron muy racionales.

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@diegorubinzal