Benjamín Biñale dejó ayer el hospital Vilela después de estar internado desde el pasado 17 de agosto, cuando lo impactó una bala perdida en la canchita Paulo VI cuando se disponía a ingresar al partido. Su padre, Javier Biñale, pasado todas las noches en las que su hijo estuvo internado en su traffic-hotel en la puerta del hospital, esperando ansioso a cada rato noticias de su pequeño hijo. Pero ayer Benjamín regresó a su casa. Volvió a ver a su perrito y a jugar a la play. Y Javier resumió sus sensaciones en una breve frase: "No tengo palabras para agradecer todo lo que hicieron por mi hijo".

Ante los periodistas que se juntaron ayer en la puerta del hospital en una improvisada conferencia, Javier contó que la salida de Benjamín "la veníamos manejando con cautela para que no sean un caos con los medios o con los familiares". Y contó que "hoy (por ayer) a las 9.30 vinieron los médicos y nos dijeron que nos dieron el alta. Anoche estuvo Seba, un amigo mío de Buenos Aires que cuando Benja estuvo muy grave entró a la sala a orarle, y anoche vino y lo hizo parar y caminar", agregó el papá del nene.

La vuelta a su casa fue entre alegría y mucho nerviosismo, contó Javier: "Su perrito lo recibió como si lo viera por primer vez. Lo primero que hizo fue agarrar su play station, que hacía 21 días que no jugaba, y se lo vio muy feliz".

"Los cuidados son intensos, no hay que molestarlo mucho. Las visitas serán espaciadas hasta que él esté bien", contó su padre.

Ahora empieza una nueva etapa: "Los cuidados son intensos, no hay que molestarlo mucho. Las visitas serán espaciadas hasta que él esté bien. Son muchas cosas, el viernes tenemos control y a los cinco o seis meses le harán otra cirugía para añadirle un pedazo de hueso que está en el Heca. El podrá vivir con la bala tranquilamente porque se va a encapsular ahí".

Javier es antes que nada muy agradecido. Y ayer lo volvió a demostrar cuando insistió: "No tengo palabras para agradecer lo que hicieron por Benja. El equipo médico del Vilela es increíble, pero también los remiseros, las enfermeras, las directoras Viviana Esquivel y Carolina Binner, que siempre estuvieron con nosotros, los cirujanos. Me saco el sombrero con todos ellos porque hicieron todo lo posible para que Benja se sintiera muy bien. Esto tiene que seguir creciendo porque es increíble".

 

Y la lista siguió, si hubiera podido su agradecimiento hubiera sido con nombre y apellido: "Benja estuvo con Dios en todo momento. Todo fue un combo muy grande. Ustedes (los periodistas), la gente, la fe, los vecinos de la zona que me ofrecieron su casa para que me quedara. Inolvidable...".