El ministro de Producción, Dante Sica, confirmó que el Gobierno está cerca de concretar un acuerdo con empresarios y sindicalistas para habilitar un bono para el sector privado, que sería de 5000 pesos. Empresarios consultados por Página/12 se manifestaron de acuerdo por considerar que los trabajadores lo necesitan “con urgencia”. Sin embargo, explicaron que será muy difícil pagarlo, sobre todo para las pequeñas y medianas empresas, ante la caída en las ventas y los altos costos de financiamiento. “Es muy fácil discutir con el bolsillo ajeno”, se quejó más de uno. Por otro lado, aseguraron que el dinero estará destinado al pago de deudas más que a reactivar el consumo interno. Y en caso de ser obligatorio, pidieron compensaciones para afrontar los pagos. El Gobierno definirá el monto y la implementación del bono la semana que viene, luego de conocer el dato de inflación de agosto, que se publicará este jueves.

“Los trabajadores necesitan el bono con urgencia, pero la situación es crítica para las pymes, no estamos en condiciones de pagar”, explicó Pedro Cascales, empresario de la industria ferroviaria y miembro de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). En la confederación, integrada por más de 1400 cámaras en todo el país, el 80 por ciento de las firmas cuentan con menos de 20 empleados. “Depende el rubro cómo van a afrontar el pago: el financiero, el agro, el petróleo y la minería no deberían tener problemas, pero el comercio, el textil, la metalmecánica y el calzado están en una crisis profunda”, detalló Cascales.

A la caída en las ventas y las altas tasas de interés para financiarse, se sumó el problema de la última devaluación post elecciones, donde aumentaron los costos por los insumos dolarizados y volvió romperse la cadena de pagos. “Se acortó la cadena de pagos y se alargó la de cobranza, por lo que hay empresas con atrasos en el pago de sueldos”, detalló el empresario. En este sentido, consideró que si el bono es obligatorio, como ocurrió a fines de 2018, pedirán una compensación, como por ejemplo, que el pago signifique un crédito de IVA o de contribuciones patronales. “Esto tendría un efecto positivo en las finanzas de la compañía, aunque económicamente es neutro. Sin compensación, va a ser muy difícil”, agregó Cascales. Además, informó que ante esta situación, el objetivo más urgente de las pymes es, en primer lugar, no cerrar, y en segundo lugar, mantener los puestos de trabajo. “¿De qué sirve dar un bono de 5000 pesos y a fin de mes tener que despedir a dos personas”, se preguntó. 

Con esta mirada coincidió Guillermo Moretti, empresario del sector químico y del plástico, y vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA). Consideró que el bono debería ser discutido “sector por sector”, según la situación de cada rubro. Según explicó, las compañías que utilizan insumos importados para la producción se encuentran en una situación crítica, dado que vendieron la mercadería con un dólar a 48 pesos y ahora que la tienen que reponer, el tipo de cambio está en casi 60 pesos. Además, tomó distancia de quienes consideran que un bono generaría un efecto multiplicador en el consumo. Lo que observa entre los empleados de la compañía es que los ingresos extras se utilizan para pagar las tarjetas de crédito, dado que el pago del mínimo generó una bola de nieve por los altos intereses. En este sentido, opinó que deberían tomarse medidas complementarias que tengan un impacto en el poder adquisitivo de los trabajadores: “Podrían hablar con el sistema financiero para discutir la tasa de interés de quienes tienen deudas en las tarjetas”.

Las empresas con mayor espalda para afrontar el pago de un bono son las más grandes, aunque aun así, consideran que les significará “un esfuerzo”. Víctor Fera, dueño de Maxiconsumo y Marolio, compañías donde trabajan 2000 empleados, dijo que cualquier opción que decida el Gobierno será correcta, ya sea un bono o la reapertura de paritarias. Y se mostró optimista por el resultado que podrían tener: “Si lo da todo el país, la plata va a volver al circuito. A todos nos costaría pagarlo, pero no podemos tener tanto egoísmo, todos tenemos que poner el hombro, no solo el asalariado”, afirmó. 

En la misma línea opinó Martín Cabrales, vicepresidente de Cabrales. “Vemos bien lo del bono o cualquier medida que sea un paliativo para aliviar el bolsillo de la gente”, dijo en declaraciones a Radio 10. Agregó que el pago “implicará un esfuerzo” pero se mostró de acuerdo porque considera que el dinero será utilizado para las compras en el supermercado, donde hubo fuertes aumentos tras la devaluación. “No son años fáciles, a la gente le preocupa cómo llenar la heladera”, concluyó.

 

Pese a que los empresarios aceptan que los trabajadores necesitan el bono, hay una fuerte preocupación por cómo hacerlo. “Es muy fácil hablar con el bolsillo ajeno”, reclamó Adriana Rodríguez, directora de la Editorial Almaluz y referente del colectivo de Mujeres Argentinas por las Pymes. “Soy la primera en pagar, porque el empleado es el que la lucha conmigo, pero necesitamos una compensación”, agregó. En este sentido, opinó que propondrán que les descuenten las cuotas del impuesto a las Ganancias que cobra la AFIP, como una de las tantas medidas que podrían impactar en los salarios de los trabajadores sin repercutir en las finanzas de las empresas.