En 2017 se creó la Academia de Ciencias Médicas de Santa Fe, primera del país destinada a promover el reconocimiento de científicos que se ocupan de actividades científicas y vinculadas a la salud y el medio ambiente. Los científicos fundadores son académicos pertenecientes a academias nacionales en las diferentes áreas de la ciencia y de la salud y que desarrollan su trabajo en la provincia de Santa Fe. A dos años de su creación, se impulsa por primera vez el nombramiento de Miembros Académicos de Número de la Provincia de Santa Fe, lo cual es primordial para el reconocimiento de la ciencia en una provincia con destacadas personalidades. Con sorpresa observamos que todos los candidatos propuestos son hombres.

Sin poner en duda los méritos de los elegidos, entendemos que esta lista invisibiliza el trabajo de mujeres referentes y promueve una imagen distorsionada de la ciencia en la provincia, reproduciendo sesgos de género que urge corregir.

Si se intenta cumplir con la distribución geográfica, ¿por qué no con la redistribución y el reconocimiento de las mujeres? Sabemos los múltiples problemas que tenemos a nivel nacional y provincial para el disfrute de derechos adquiridos vinculados con el ámbito de la Salud. Si uno de los objetivos de la Academia es acompañar al desarrollo científico, tecnológico y humano a la luz de las demandas sociales, no se puede permitir que en pleno siglo XXI el reconocimiento a las mujeres que trabajan en ciencia sea desvalorizado. Las mujeres han accedido a las Universidades, representan la mitad del estudiantado, de los egresos, y un gran porcentaje en la investigación de la mayoría de las disciplinas que contempla la Academia.

Apelamos a que la Academia las considere en cada oportunidad, porque son parte activa y fundamental. Nombrarlas es un acto necesario y justo, es una deuda pendiente para la ciencia.

Acompañan investigadoras, científicas, docentes, diputadas, concejalas, referentes de organizaciones y de instituciones.