Con la estrategia de conseguir hacer hablar a Cristina Fernández de Kirchner, el candidato a vicepresidente Miguel Angel Pichetto se presentó ante la Cámara Nacional Electoral (CNE) y solicitó que organicen un debate entre los postulantes a vice. Sostuvo que es un "un imperativo de todo régimen representativo y democrático de gobierno, otorgar a los candidatos la oportunidad de exponer sus ideas y proyectos para el futuro del país, pero aún más imperativa es la posibilidad para la ciudadanía realizar el escrutinio de quienes pretenden revestir el cargo de vicepresidente". Fuentes de la CNE indicaron a este diario que, por la normativa actual, no tienen obligación de organizar ese debate. Y que sólo se daría si los seis candidatos a vicepresidente lo aceptan voluntariamente. Después de las PASO, dos legisladores del oficialismo habían presentado proyectos para volverlo obligatorio. 

En sus ideas y vueltas tras la elección, el presidente Mauricio Macri tuvo un paso por un seminario de Clarín en el que insistió en qué quería que CFK hablara más: "Los votos, en su enorme mayoría, son de Cristina Fernández de Kirchner, con lo cual es importante que en los próximos meses escuchemos su visión del momento actual, del futuro", remarcó una y otra vez. La frase, reiterada por otros voceros del oficialismo, obedece a la estrategia de buscar confrontar con la candidata a vicepresidenta y ningunear a Alberto Fernández. También a la idea de que la tienen escondida, pese a que habla en cada presentación de su libro "Sinceramente". 

Pero no habla de lo que quieren en el oficialismo. Quizás por eso el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio hizo su jugada. Se presentó ante la CNE, e invocando leyes electorales, pidió que organicen el debate entre los vices. No aclaró que las leyes que convocó dicen que sólo se hará "en caso de que exista voluntad de realización de un debate electoral entre los candidatos a vicepresidentes de las diversas fórmulas presidenciales". Fuentes de la CNE se ocuparon de aclarar esto ante este diario, puntualmente. Advirtieron de que, además de que se requiere que se pongan de acuerdo los seis candidatos a vicepresidente, la Justicia electoral carece de presupuesto para organizarlo, una sede y otros detalles no menores.

No obstante, Pichetto dejó su reclamo en línea con la campaña en redes del oficialismo para exigirle a CFK que se presente al supuesto debate.  "Yo no tengo problemas en debatir con ella, me gustaría. En países como Estados Unidos los vicepresidentes debaten. Estaría muy bien, y no sólo con ella, sino también con el resto de los candidatos", había dicho Pichetto.  Al candidato oficialista se le adelantó Luis Rosales -el compañero de fórmula de José Luis Espert- con un planteo similar. Lo refrendaron además Juan Manuel Urtubey, de Consenso Federal; Romina del Plá, del FIT-U, Cynthia Hotton, de NOS, pero no la candidata a vicepresidenta del Frente de Todes. Por ahora, los únicos que existen son los dos debates presidenciales, del 13 y el 20 de octubre.

Como la ley no obliga a los vices a debatir, el oficialismo presentó dos proyectos después de las PASO para que sea obligatorio que debatan. En un año en el que el Gobierno de Macri hizo una docena de modificaciones de último momento a las reglas electorales, que sus legisladores busquen modificarlas aún más entre las PASO y las generales no deja de ser un dato. El proyecto en el Senado lo presentó la contadora Silvia Elías de Pérez y en Diputados, el profesor de voley Fernando Iglesias. 

"Es importante dar un paso más y establecer también la obligatoriedad de los compañeros de fórmula, quienes además ocupan el primer lugar en la sucesión presidencial y, en muchos casos, quedan a cargo de los destinos del país por períodos cortos de tiempo, en los que el presidente debe viajar, tomar licencia, etcétera", sostuvo Elías de Pérez cuando presentó su proyecto. Y dejó en claro que era una iniciativa parlamentaria con nombre y apellido: "Cristina Fernández fue quien designó el candidato a presidente de su espacio. Sin dudas, la sociedad quiere saber qué piensa ella del país que viene, pero no a través de sus actos de campaña, donde no hay diálogo alguno con quien piensa diferente a ella". En Diputados, al proyecto de Iglesias lo acompañaron 11 diputados de Juntos por el Cambio.