Huracán salió a jugarle de igual a igual a River en la noche de Parque Patricios. Se hizo de la pelota y apostó a abrir la cancha, con Garro y Chávez para complicar a Montiel y Casco. De ahí en más, buscar con centros a los que se metían al área. El dominio duró aproximadamente diez minutos. Durante ese lapso, la visita, nada menos que el campeón de América, no apareció. Al entretiempo, los dirigidos por Marcelo Gallardo ganaban por 3-0. El resultado final fue de 4-0.

Es difícil serle atrevido a este River, un equipo que, aún en sus malos días, posee un funcionamiento automatizado que puede hacer mucho daño a su rival. Para colmo, y para perjuicio del digno Huracán de Juan Vojvoda, el Millonario tuvo en el Ducó una gran jornada.

Aquí, un punteo de algunos de esos movimientos programados de la máquina de Gallardo.

*Festival de espaldas comidas. Con Huracán volcado en campo rival durante el primer tramo del juego, fueron apareciendo espacios y River no tardó demasiado en reconocerlos. De La Cruz se paró bajo la sombra del experimentado Araujo, e Ignacio Fernández, a la del juvenil Ibáñez. Ese show de manos alzadas reclamando abastecimiento por parte de los volantes millonarios una vez que estaban libres de marca fue resuelto por Palacios, muy fino para filtrar cuanta asistencia hiciera falta para explotar el endeble fondo local.

* El pase al medio. Una vez que la pelota llegaba a los solitarios extremos de River, la secuencia siguiente salía de memoria. Aceleración de los atacantes, desesperado retroceso de la defensa, un "relévese quien pueda" entre los jugadores de Huracán, y pase al medio y atrás para habilitar a todo miembro de River con intenciones de pisar el área rival y quedar con el arco de frente.

*Pragmatismo. Si el rival quiere adueñarse de la pelota, River le da la bienvenida. Borré y Suárez correrán a todos, Enzo Pérez será la última barrera antes de la defensa y, más temprano que tarde, la redonda caerá en los pies millonarios. Inmediatamente, un sinfín de toques de primera y triangulaciones, desanimará cualquier atrevimiento rival.

*Todos cumplen su libreto. En ataque, Suárez y Borré presionan la salida rival, recuperan, descargan generosamente y reciben de igual manera. En el medio, Palacios piensa y filtra pases imposibles; Pérez ordena todo lo que sucede alrededor suyo; Fernández y De La Cruz buscan los espacios y lastiman desde larga distancia con su pegada prodigiosa. En defensa, Montiel y Casco hacen la banda y ponen pierna fuerte; Martínez Quarta y Pinola, ganan los mano a mano y si no, la revientan. Por último, si nada de esto funciona, en el arco está Armani, el de las atajadas imposibles, tanto como jugarle de igual a igual a este River. Huracán, como tantos otros, dio prueba de ello.


0 HURACAN:
Silva; Araujo, Salcedo, Bareiro, C. Ibáñez; Faravelli, Arzura, R. Gómez;  Coniglio, Garro, Chávez. DT: Juan Pablo Vojvoda.

4 RIVER: Armani; Montiel, Pinola, M. Quarta, Casco; I. Fernández, E. Pérez, Palacios, De La Cruz; Borré, Suárez. DT: Marcelo Gallardo.

Estadio: Huracán. Arbitro: Nicolás Lamolina. Goles: 19m Casco; 33m I. Fernández de penal (R); 45m Palacios (R); 50m De la Cruz (R). Cambios: 14m Briasco por Chávez (H), 46m Calello por Faravelli (H), 59m Bogado por Garro (H) y Carrascal por I. Fernández (R), 64m Pratto por Borré (R), 70m Scocco por Suárez (R).