Rosario Orquera, residente en el puesto Las Vacas en tierras de la finca estatal Salta Forestal, dijo que desde que la firma Anta del Plata se instaló en ese lugar están siendo perjudicados por su accionar. “La empresa nos está haciendo daño. Reclamamos que no nos cierren los caminos, y que no nos maten los animales. Nos fumigan. Eso nos afecta. Cuando hay viento y están fumigando no se puede respirar. El veneno es muy fuerte”, manifestó a Salta 12.

Orquera sospecha que este comportamiento es porque los propietarios de la empresa quieren que abandonen sus campos. “No nos vamos a ir. Tenemos más de 100 años aquí, desde que vivía mi bisabuelo”, declaró la mujer.

Salta Forestal fue fundada en 1975, en el departamento Anta, en el sur de la provincia. Comprende 317 mil hectáreas en los lotes fiscales 35 y 36, donde históricamente residían familias rurales sin títulos de propiedad.

En 1998 Salta Forestal comenzó un proceso de concesión de las tierras para proyectos productivos, lo que permitió la llegada de grandes empresas. La primera concesionaria fue Eco Desarrollo, de la familia del diputado nacional y precandidato a gobernador Alfredo Olmedo. Ahora hay concesiones con Anta del Plata (Eco Desarrollo le cedió los derechos que tenía sobre 76 mil hectáreas) y Cresud.

En el caso del puesto Las Vacas, los campos de soja transgénica están a solo 200 metros de donde viven las familias. También hay sembrados de poroto, maíz y, por épocas, trigo.

Orquera dijo que a una hermana menor suya “le salen manchas en todo el cuerpo. Cuando no está ahí se le van, cuando está en el campo en tiempos de fumigación le vuelven a aparecer. Decimos que es por el veneno”, sostuvo la puestera. Sin embargo, aún no cuenta con un diagnóstico preciso porque en el lugar no hay especialistas en salud, solo tienen una salita con una enfermera y un médico que va dos veces por semana. Esta zona está comprendida en la jurisdicción del municipio de Joaquín V. González. 

En la salita, en la localidad Centro 25 de Junio, informaron a Salta 12 que atienden principalmente a niños y niñas con problemas respiratorios y alergias. Los adultos acuden con lumbalgias, cefaleas, problemas de presión y diabetes.

Orquera afirmó que también mueren animales por los efectos de las fumigaciones. “Desde que está Anta del Plata si ven a los animales afuera tratan de fumigarles ahí donde andan para que se mueran. Lo hacen a propósito”, denunció. “Varias veces los corderitos nacieron muertos o mal formados, o las cabras se mueren antes de parir cuando comen yuyo envenenado. Los cabritos nacen sin el pelo, con la piel nada más. Las ovejas están ahora con la piel bien lastimada, como si fuera que tienen fiebre, sin lana”, describió. En Las Vacas residen seis familias campesinas.

Encerrados

“Nos han encerrado con alambre y nos han dejado un portón para salir. El lunes vino un hombre de la empresa a decirnos que nos van a clausurar el portón ¿por dónde vamos a salir después?”, lamentó Orquera.

Contó que “el camino principal está roto, no se podía pasar. Es una finca grandísima pero está dividida en dos partes, ahí hicimos (un camino alternativo) por la orilla del alambre, con las motos, con los autitos viejos que tenemos, pero siempre nos quedamos con los medios de transporte rotos. El jueves pasado le pasaron el (arado) cincel y lo hicieron pedazos. Ahora para salir y entrar tenemos que bajar dos kilómetros, pasamos por medio de los campos porque los caminos no sirven. Nos da impotencia”.

La campesina dijo que las condiciones que está generando Anta del Plata les dificultan vivir de su pequeña producción de “leche, queso, quesillo y dulces”, porque los animales mueren envenenados o de hambre, porque tampoco queda pasto.

Orquera reseñó la situación de un vecino en el puesto Bella Flor, al que lo dejaron encerrado con doble alambre, “con muy poquita tierra y nada para que coman los animales”. La mujer contó que la empresa tampoco les dio trabajo cuando lo solicitaron.

"Hay problemas"

El presidente del directorio de Salta Forestal, Ramiro García Bes, dijo a Salta 12 que no conoce Las Vacas y lo justificó en que hace cinco meses que está en este cargo. El funcionario dijo, sin embargo, que le informaron que los caminos no están cerrados, “todos los puestos hoy tienen mejores caminos”, retrucó. Aclaró que “no es como antes” porque hay gente “que entra a cazar chanchos de los concesionarios y de los puesteros”.

Aunque admitió que “hay problemas” y que deben solucionarlos, dijo que “los puesteros les están haciendo daño a las empresas concesionadas porque largan animales (en los sembrados). Para mí no es una maldad sino que lo hacen por subsistencia”. “Estamos en un estudio con CONICET, INTA y la Universidad Nacional de Salta para ver cuáles son las necesidades. La base a solucionar son los problemas de dominio de tierra”, indicó.

García Bes prometió que visitará Las Vacas, aunque adelantó que “lo único que puedo proponerles hoy es darles una mano con los alimentos para los animales”. Y, ya para la próxima campaña agrícola, consultará a los empresarios “qué agroquímicos usan y cuáles pueden ser tóxicos”. Sin embargo, anticipó que “hoy no existen agroquímicos que maten animales, están todos prohibidos, como los órganos fosforados que se usaban antes”. El funcionario se comprometió a hablar con el Ministerio de Salud sobre los planteos de vecinos respecto a los agrotóxicos y sobre la muerte de los animales, recomendó que hagan las denuncias.