El presidente Mauricio Macri culmina su mandato lejos del reconocimiento internacional que esperaba. El discurso que pronunciará ante la Asamblea General de las Naciones Unidas estará enmarcado en un clima de despedida. La última gira internacional había sido a fines de junio cuando participó de la cumbre del G-20 en Japón. En un local de la cadena de supermercados Ito Yodado, Macri sostuvo que "nos hemos visto con el primer ministro Shinzo Abe seis veces en tres años, y eso generó un hito importante para nosotros, que es la primera vez que se vende carne vacuna argentina en Japón".

El mandatario agregó que el país "produce alimentos de calidad para 400 millones de personas, a pesar de que somos solamente 44 millones, y aspiramos en pocos años, en el 2025, a producir alimentos para 600 millones de personas".

La contracara de ese discurso optimista es la fuerte caída del consumo interno. La Cámara de Industria y Comercio de Carnes y derivados de la República Argentina informó que, en los primeros ocho meses de 2019, el consumo per cápita anual de carne cayó a 51 kilogramos. Eso implica un retroceso del 11,3 por ciento anual (equivalente a siete kg/habitante/año).

Por su parte, el último relevamiento realizado por el Movimiento Barrios de Pie (en 28 municipios bonaerenses y ocho comunas de la CABA) refleja que el 40 por ciento de niños/adolescentes que concurren a los comedores populares tienen algún tipo de malnutrición. Por caso, las promotoras de salud encontraron un 7,2 por ciento de niños con baja talla. Los acampes de movimientos sociales frente al Ministerio de Desarrollo Social son una postal de la crisis.

El creciente deterioro social también fue expuesto en un estudio conjunto realizado por cinco organismos internacionales: Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación, Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Programa Mundial de Alimentos y Organización Mundial de la Salud.

En el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2019”, los organismos concluyen que el número de personas con “inseguridad alimentaria moderada o grave” creció de 8,3 millones (período 2014-2016) a 14,2 millones (2016-2018).

Las personas incluidas en el estado de inseguridad “moderada” son aquellas que afrontan “incertidumbres sobre su capacidad para obtener alimentos y se han visto obligadas a reducir, en ocasiones durante el año, la calidad o la cantidad de alimentos que consumen debido a la falta de dinero u otros recursos”.

El elevado incremento (71 por ciento) de personas con problemas alimentarios en la Argentina, en apenas tres años, es uno de los saltos más importantes registrados a nivel mundial. En otras palabras, el país produce alimentos para 400 millones de personas, pero más de 14 millones de habitantes padecen inseguridad alimentaria. Algo similar ocurre a escala global. El sistema productivo mundial está en condiciones de alimentar a un planeta y medio. Sin embargo, más de mil millones de personas están desnutridas. El problema económico no está en la esfera de la producción. Es la distribución, ¡estúpido!.

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@diegorubinzal