Tenemos miedo al caminar solas por la calle. Pero en el 77% de los femicidios, los agresores son parejas, ex parejas o familiares. Cinco femicidios en la misma semana en la que el Congreso aprueba, a instancias de los movimientos sociales en la calle, una nueva prórroga de la emergencia alimentaria nacida en 2002. La violencia económica estalla y los hogares implosionan.

Cada vez son más las mujeres que logran liberarse de relaciones violentas y que pasan a ser jefas de hogar, a costa de mayores dificultades para llegar a fin de mes. Entre 2003 y 2018, crecieron un 80% las jefaturas de hogar femeninas. Aún así, para muchas, la dependencia económica sigue siendo una trampa mortal. Uno de los femicidas de esta semana era conocido por ofrecer ropa y favores a las pibas de las que abusaba. Sí, ya se sabía que había cometido abusos.

La falta de un lugar donde vivir es una constante que empuja a miles a vivir bajo amenaza. En el Plan Nacional para la prevención, asistencia y erradicación de la violencia contra las mujeres 2017-2019 , a cargo del INAM, se preveía, entre otras acciones, la construcción de 36 Hogares de Protección Integral (HPI). A tres meses de la fecha de finalización, se construyeron apenas nueve y se declara que hay tres en construcción (en La Plata, Junín y Quilmes). De los 89 HPI que existen en todo el país, no es posible saber cuántos son de gestión estatal y cuántos son privados, cuántos tienen vínculo con organizaciones religiosas y cuántos no. Según el INAM, a partir de una evaluación de medio término, se decidió potenciar una Red Nacional de Hogares de Protección Integral para mujeres en situación de violencia y utilizar infraestructura no estatal ya existente en lugar de construir los refugios prometidos. En otras palabras, se delegó en empresas privadas y organizaciones religiosas una política fundamental para mujeres y disidencias que sufren violencia de género.

Trabajar por un sueldo (o morir en el intento)

Cinthia era agente de tránsito de la Ciudad de Buenos Aires hacía seis años. La mató un machito al volante. Uno de esos que manejan borrachos porque todo lo pueden, porque así se divierten, porque si se la pegan los salva el airbag primero y un abogado después.

El jefe de gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, declaró que estaban “a la orden de la justicia para que el hecho se esclarezca con celeridad”. El blindaje mediático lo protege a él como máximo responsable de la precarización laboral de miles de empleadxs mientras ninguna ley ampara a lxs laburantes que salieron a la calle a pedir justicia y reconocimiento. Cuando decimos Ni Una Menos decimos también Ni Una Menos sin protección laboral. La precarización, condición histórica del empleo femenino, hoy se convierte en la norma. Durante el gobierno de Mauricio Macri se crearon casi únicamente puestos de trabajo como monotributistas. Se perdieron más de 140 mil puestos industriales (sector fuertemente masculinizado) y más mujeres salieron a buscar trabajo sin éxito (aumentaron la tasa de actividad y de desempleo).

La precarización facilita, además, situaciones de vulnerabilidad en el ámbito laboral y protección para los abusadores. El caso de Anahí de la Fuente y otras trabajadoras del Centro Cultural San Martín lo expone a las claras. Fueron removidas de sus puestos por haber denunciado al ex director, Diego Pimentel. Junto a Actrices Argentinas, ahora exigen la inmediata reincorporación.

Según cifras oficiales, en 2018 murieron 400 personas mientras trabajaban. El dato esconde, como tantas estadísticas, la situación de quienes peor la pasan. Cinthia no va a engrosar ese número porque no estaba registrada. Tampoco estarán contabilizadas las muertes de Jorgelina Ruíz Díaz y María Cristina Aguila, las maestras que murieron cuando viajaban de Trelew a Comodoro Rivadavia. Volvían de una movilización para reclamar el pago de sus salarios y el derecho a la educación de lxs estudiantes de la provincia, que no asisten a clases desde hace dos meses.

La crisis no causó dos nuevas muertes (endeudadas)

A 18 años del titular de Clarín que adjudicaba a la crisis la muerte de dos militantes en el puente Pueyrredón, urge explicar que son las políticas de ajuste y de endeudamiento las que matan. La provincia de Chubut se endeudó en dólares sobre todo en el año 2016, cuando la Nación prometía que, tras el pago a los fondos buitre, era seguro tomar deuda en moneda extranjera. Los intereses se quintuplicaron y la dinámica de endeudamiento se aceleró. Hoy el gobernador elige pagar intereses en lugar de salarios y sigue emitiendo deuda. Mientras tanto, firma un proyecto para aumentar en un 100% los haberes de los funcionarios de la planta política, cuyos ingresos representan al menos siete veces el de unx docente. El proyecto que ingresó a la legislatura durante el día, quizás se haya hecho cenizas a la noche, cuando lxs trabajadorxs prendieron fuego al enterarse de la pérdida de sus compañeras en la ruta 3.

Los pagos selectivos son la norma cuando el barco se hunde. Y algunxs tienen más suerte que otrxs. Esta semana, a poco de anunciado el reperfilamiento para los acreedores, el gobierno pagó el BOPOMO –Bono de Política Monetaria- y aseguró ganancias siderales para PIMCO, uno de los fondos de inversión más grandes del mundo.

Mientras el FMI sigue sin confirmar el último desembolso, y ya nadie le presta a este gobierno, el oficialismo recurre a la ANSES para obtener crédito barato y se ahoga en sus propias palabras: “con la plata de lxs jubiladxs”. Con eso intentan cerrar el programa financiero 2019. Crédito barato para que el tesoro pague deuda, créditos caros para jubiladxs y beneficiarixs de AUH. En cualquier momento podríamos cambiar el nombre: Administración Nacional de la Inseguridad Social.

Esta rueda no gira sin el macho que mata, el jefe que abusa y el político que precariza. No gira sin el flujo de dinero que va de abajo hacia arriba, que exprime cuerpos hasta la muerte para garantizar el negocio de los amigos del poder.

Así cómo sabemos qué políticas conducen al fracaso para las mayorías, sabemos también qué situaciones reproducen la violencia sobre nuestros cuerpos. Somos dependientes, criaturas vivas que necesitan de lxs otrxs. Y hoy nos faltan siete compañeras. Las que sobrevivimos (a la disciplina de la muerte) ya no dejaremos anónimas detrás de las cifras macabras. Somos frágiles, no débiles. Lloraremos estas muertes mientras juntamos fuerzas para construir con nuestras manos otra realidad. Gritamos Ni Una Menos, vivas, libres y desendeudadas nos queremos por nosotras, por todas ellas.