El costo de Vida para una familia de los barrios populares de Rosario trepó en septiembre a $41.847, lo que significa un aumento del 16% en el último trimestre y del 53% en el transcurso de un año. Los productos relevados aumentaron un promedio de 153 por ciento en los últimos dos años, con mayores subas en alimentos como arroz, carne y yerba. El dato se desprende de un relevamiento realizado por la diputada nacional Lucila De Ponti junto al Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO), en el que se registra y compara regularmente el consumo en barrios representativos como Casiano Casas, La Sexta, La Lagunita y Mangrullo.

El estudio indicó que solamente para cubrir las necesidades indispensables de alimento un hogar destina como mínimo $16.980 y un adulto rosarino necesita $5.495 para no caer debajo de la línea de indigencia. En los últimos dos años, los alimentos relevados aumentaron en promedio 153%. Los mayores aumentos se dieron en arroz (331%), carne (277%), yerba (206%), pollo fresco (196%) y fideos (177%).

Al comparar el costo de vida con diferentes ingresos de referencia, se evidencia que los ingresos cada vez alcanzan para menos. El salario mínimo, vital y móvil (SMVyM) de 15.625 pesos apenas cubre el 37%, por lo cual ni sumando dos ingresos iguales se llega a cubrir. Tampoco alcanzan esta cifra el salario promedio de un obrero de la construcción ($31.232), de un empleado de comercio ($ 29.506) y de trabajadores de casas particulares ($ 16.951) que cubren respectivamente el 75%, 70% y 40% de lo requerido por una familia para cubrir el consumo básico para la supervivencia.

"Estos datos expresan en números la difícil realidad que viven todos los días miles de familias cuando ya no les alcanza para cubrir ni las necesidades más básicas y urgentes.", explicó Lucila De Ponti, legisladora del Movimiento Evita, quien asumirá en diciembre como diputada provincial. "También nos muestra cómo los salarios van perdiendo poder adquisitivo sin que existan mecanismos evitar esta situación", alertó la dirigente.

"Hace mucho que denunciamos que este modelo económico está agotado y solamente aumenta la desigualdad y dificulta cada vez a más familias brindarle una alimentación adecuada a sus hijos. La sanción de la Emergencia Alimentaria reconoció esta situación, pero queda mucho más por hacer", aseguró sobre los efectos de los aumentos de precios que se produjeron en los últimos dos años en el nivel de vida de la población.

"Creemos que es fundamental para revertir esta situación recuperar el trabajo y cuidar el bolsillo de los santafesinos como motor para poner en marcha la economía", consideró De Ponti, quien planteó las herramientas con que contarán las futuras gestiones tanto en Santa Fe como en la Nación para hacerlo: "Tenemos el potencial y la decisión de recuperar la producción y el desarrollo, el único camino para hacer entre todos una provincia más justa y un país con más oportunidades".