Es innegable que a lo largo de su trayectoria, Sandro fue definiendo un estilo. Dramático, apasionado, arrebatado al punto del hervor, hizo de su abuso del vibrato un sello propio. Esto se puso de manifiesto sobre todo en su período de esplendor entre 1967 y 1973. Ya al final de su carrera, cuando sus problemas de salud lo estragaban, Sandro armó una estrategia completamente distinta y se (re) construyó a partir de lasrestricciones que le imponía su condición médica, algo que algunos críticos no supieron leer, pero que prolongó su vida útil  arriba del escenario para deleite de sus nenas, y también para él mismo, que conseguía oxígeno adicional del contacto con su audiencia. 

“Sandro era un gran intérprete, muy versátil”, opina Pablo Alonso. “Y no sólo cantaba muy bien –aunque en épocas abusase del vibrato, que era una de sus marcas registradas– sino que tenía un plus en la actuación, no sólo en escena sino también en los discos: hay un gesto corporal en su música que es imposible de atrapar en letra, melodía y acordes; quizá por eso ha sido versionado relativamente poco. También supo ser un gran autor de canciones, con una gran facilidad para la melodía y la palabra, aún si a veces se repetía, en parte por ajustarse a un molde. Y aunque las dos veces que lo vi en vivo me fui deseando que hubiese cantado más y hablado menos, Sandro, que había sido un performer totalmente eléctrico en la manera de utilizar su cuerpo, había hecho un arte de la reinvención a partir de las limitaciones físicas. Es una pena que no haya arriesgado más: ojo, yo no pretendía que hiciese discos como los que hace ahora Scott Walker, pero me hubiera gustado que en sus últimos años, cuando todavía tenía capacidad física para dedicarse a su carrera, hubiese pegado un giro como el que dio Tom Jones tanto en disco como en vivo. Y si Tom Jones grabó con Portishead, ¿por qué Sandro no podría haber sido producido por Gustavo Cerati, o grabado con Babasónicos? Pero también hubiese sido genial que grabase un álbum de tangos, algo que podía cantar con mucha más autoridad que Julio Iglesias”.