El titular del Palacio de Hacienda, Hernán Lacunza, reconoció por primera vez que el préstamo del Fondo Monetario Internacional está en stand-by. "Creo que el desembolso del FMI va a estar dentro de este año", indicó el funcionario al revelar que la llegada de los 5400 millones de dólares previstos en el acuerdo deberá esperar, por lo menos, hasta después de las elecciones presidenciales. Los recursos que debían estar disponibles hace dos semanas son necesarios para cerrar las cuentas externas del país. El fracaso de las negociaciones con el organismo multilateral posterga el ingreso de los fondos. PáginaI12 reveló a comienzos de septiembre que países como Italia, Suecia y Holanda planteaban esperar al recambio presidencial antes de comprometer más fondos mientras que el staff del FMI hace malabares para justificar los desembolsos a pesar del incumplimiento de las reglas establecidas por el propio organismo.

“No hay fecha tope final. Más de uno de los desembolsos se postergó un par de meses”, sostuvo este lunes Lacunza durante su intervención en un evento organizado por el Grupo Clarin en el Malba. “Hay una relación fluida con la Argentina, un diálogo permanente. Es cierto que no hay un desembolso. Pero que no haya hoy no quiere decir que no lo haya en el futuro”, señaló el funcionario que la semana pasada se reunió con las máximas autoridades del FMI para intentar destrabar el desembolso. “Una vez disipada la incertidumbre electoral, va a permitir vislumbrar las perspectivas de un programa económico en la Argentina", al referirse a los nuevos plazos previstos para el desembolso.

“Será difícil encontrar una solución rápida”, reconoció la semana pasada el vocero del Fondo, Gerry Rice, al ser consultado por la demora en la llegada de 5400 millones de dólares previstos en el acuerdo con Argentina. “Es incorrecto decir que el FMI puso la relación con Argentina en espera. Seguimos completamente comprometidos a ayudar a que vuelvan al camino de la estabilidad y el crecimiento”, indicó el portavoz del Fondo. El propio Director Gerente interino del organismo, David Lipton, había advertido que el país “deberá esperar un tiempo para reanudar una relación financiera”. 

Las conversaciones formales se retomarán a mediados de octubre pero los recursos no ingresarán al país, por lo menos, hasta comienzos de noviembre cuando ya se conozcan los resultados de las elecciones presidenciales. El FMI será el principal acreedor individual del próximo gobierno. Si no media una reestructuración del pacto alcanzado por el gobierno de Mauricio Macri, el organismo recibirá 1 de cada 3 dólares que Argentina pague entre 2020 y 2023.

Lacunza resaltó que "la Argentina ha cumplido con todas las metas". Pero, a pesar de la sintonía política que muestran las autoridades salientes, interinas y entrantes del FMI, el staff del organismo todavía no comenzó la evaluación técnica del acuerdo. El reporte que elaboran los equipos técnicos es imprescindible para avanzar. Los analistas abocados al caso argentino tienen graves dificultades para justificar el envío de recursos ante el rotundo fracaso del programa. La llegada de las divisas no sólo está condicionada a la postergada revisión sino que ese documento deberá ser validado por el Directorio del Fondo.

“Me parece que tenemos un enfoque en común bastante semejante respecto a hacer una propuesta de negociación amigable, no hostil, de buena voluntad, que haga más hincapié en la extensión de plazos que en una discusión distintas de los términos de las condiciones de la deuda”, sostuvo Lacunza sobre la cuestión de la deuda, que llegó antes de su intervención para escuchar la presentación del asesor económico de Alberto Fernández, Matías Kulfas, sobre la negociación con los tenedores de la deuda argentina. El Frente de Todos propone avanzar con un “reperfilamiento” de los pasivos en manos de acreedores privados con similar al realizado por Uruguay en 2003 que contó el respaldo del Fondo Monetario Internacional.