El trajín del mediodía se astilló de repente en el centro de la ciudad por el tiroteo que sostuvieron policías contra dos asaltantes en fuga, uno de los cuales cayó herido de bala en la esquina de Italia y Montevideo, y fue detenido. Previo al desenlace, la dueña y un cliente del comercio asaltado resultaron heridos, aunque no de gravedad, y luego hubo una persecución a la carrera y en medio del tránsito lento de la hora pico, con policías con el arma en alto y uno de los fugitivos que se resistía a entregarse. Para los testigos involuntarios, fue un susto inolvidable.

Llovía de a ratos ayer a las 12.30 cuando dos hombres jóvenes entraron a un minimarket y librería "Romina", en Zeballos al 1700. Al menos uno mostró una pistola y exigió dinero a la mujer que atendía a un cliente. No se precisó si fue ella o el cliente quienes reaccionaron de modo tal que uno de los delincuentes le disparó al hombre en un pie. Alguien aseveró que la kiosquera golpeó a uno de los ladrones con un termo.

Con tanto barullo, abortaron el golpe y se fueron sin robar. Uno huyó quién sabe adónde. El otro, con jean, campera impermeable y un portafolios en el cual guardó su pistola, salió al trote por Zeballos hacia el este. Dobló en calle España hacia el sur, pero ya con paso apurado pero en procura de no llamar la atención. Para entonces, alguien ya había dado aviso a la policía, sumado a que justo advirtió la escena otro hombre de civil y armado y se lanzó a perseguir al fugitivo con sigilo al principio, y ya con el arma en puño después.

La escena registrada en video por automovilistas y vecinos en España al 1500 muestra a un policía en una vereda y al otro perseguidor de civil en la vereda opuesta, ambos apuntando con sus pistolas al asaltante en fuga por la calle y entre los autos, intentando abordar algún vehículo. El embotellamiento de tránsito hizo que el fugitivo optara por seguir a pie. Hubo un disparo entre los autos, y cundió el pánico. El ladrón dobló por Montevideo hacia el este y sus perseguidores apuraron el paso.

En la última cuadra, antes de llegar a Italia, el policía se aproximó hacia el asaltante sin dejar de apuntarlo y le ordenó a gritos: "¡Al piso! ¡Al piso". Los separaban no más de 3 metros, aunque el perseguido no dejaba de trotar y estirar un brazo hacia el agente. "¡No! ¡No!", alegaba. El otro perseguidor avanzaba a la misma distancia. Se escucharon tres disparos.

 

El asaltante se desplomó sobre la vereda del bar, en Italia y Montevideo, con un balazo en una pierna. Le secuestraron la pistola calibre 9 milímetros y lo llevaron detenido al sanatorio Parque.