La rapera y activista -o raptivista- Rebeca Lane llega esta noche por primera vez a Rosario, desde Guatemala, para dar un show con entrada gratuita en Casa Brava (Pichincha 120), con su apuesta a canciones para gozar y bailar, que también sean cantos de libertad y de lucha contra el patriarcado. "Ni dios ni patria ni marido ni partido/ así es como nací así es como he vivido/ desde que mamá me parió a este mundo", es el comienzo de una de sus canciones más emblemáticas, Mujer Lunar, que seguramente tocará esta noche para deleite de sus seguidoras. Socióloga y poeta, Lane traerá las canciones de su último disco Obsidiana, una confluencia de ritmos y sonidos centroamericanos con letras combativas. "Para mí es primero una estrategia política, porque digamos que una de las primeras canciones que hice así se llamaba la Cumbia de la memoria, en ese momento la cumbia se estaba poniendo de moda en Guatemala, y había grupos de estos famosos que hacían la cumbia de la tortilla, del chicharrón, y tenían miles de views. Entonces, me dije que este ritmo forma parte de la cultura popular, voy a hacer una canción que tenga discurso político, y recupere este ritmo", contó Lane sobre sus decisiones estéticas.

La rapera de 34 años lleva su música por América Latina siempre a pulmón, porque en Centroamérica las canciones que retoman un discurso combativo no tienen lugar en una industria cultural afianzada. Estuvo en la Argentina en 2017, pero sólo actuó en Buenos Aires, y ahora sumó a Rosario y Córdoba en la gira. "Estoy muy contenta porque al igual que en todos los países, siempre se centraliza mucho en las capitales, toda la vida cultural y parte importante de mi trabajo es activar sororidad y acción política desde los territorios también, no sólo desde la centralidad de las capitales, porque sé que en Rosario y Córdoba no son exactamente áreas rurales, pero también sé que fuera de la centralidad es donde se encuentran los movimientos de resistencia". Lane lamenta que la invitación para participar del Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans le haya llegado sobre la hora, cuando ya tiene su gira comprometida. "Ando viajando sola con mi maleta, con amigas que me ayudan a moverme, a dormir en su sillón, o donde toque, una de las cosas de ser artista feminista de base, porque sobre todo en el cono sur hay artistas feministas que tienen una gestión más grande, pero para nosotras, yo diría que ni hay industria musical y los pocos artistas que suben, o no tienen plataforma o no tienen contenido político", consideró Lane, quien apuesta al feminismo comunitario, de fuerte raigambre popular.

Además de promover Obsidiana, lanzado el año pasado, Lane difundirá el recién producido video de Siempre viva, corte de difusión del disco. También mostrará un tema nuevo: Quisiera olvidarme de tu nombre. "Y obviamente, las canciones que no pueden faltar, que son del gusto popular feminista, como Mujer Lunar", agrega sobre lo que podrán disfrutar esta noche.

La música de Rebeca Lane invita a bailar con letras como "Quién dijo que era fácil ser mujer/ Desde pequeñita me hicieron creer/ Que era bonita y si no lo era/ Entonces ya nadie me iba a querer/ Si era redonda era por glotona/ Si hablaba mucho era por chismosa/ Si no estaba orando estaba pecando/ Y la virgen maría me estaba juzgando/ Que cuando creciera me iba casar/ Y que cuidara mucho mi virginidad". Así dice Siempre viva, una cumbia que lleva por estribillo "Hago lo que quiero porque puedo y porque soy así/ Me dicen mala hierba porque nunca me dejé morir".

Para Lane, "el baile, el goce, la alegría, también es una resistencia política, porque estamos en territorios militarizados, que nos quieren con miedo, con paranoia, y esto se traduce al cuerpo también. Para mí es muy importante que un concierto donde vamos a hablar de femicidios, de violencia sexual, que son temas que se sienten en el cuerpo, que sean también espacios de goce".

 

Para ella, que además fundó Somos guerreras, para visibilizar a las mujeres centroamericanas que hacen hip hop, "la música es política siempre, el arte es político tanto por lo que dice como por lo que no dice. El arte es político, también en términos simbólicos, y por eso en nuestros países, para tocar en lugares masivos, el discurso tiene que ser nulo, no tiene que decir nada". Por eso, su apuesta estética política es "hablar de lo que me atraviesa, y yo soy una mujer que tiene que caminar en la vía pública, que enfrentarse a la violencia cotidiana que estamos sujetas, soy una activista igual que todas las activistas que en nuestros territorios estamos expuestas a la represión estatal. Lo que yo escucho, es que hay algo importante y es que la música nos acompaña en todos los momentos de nuestra vida".