“Para nosotros, que somos docentes, el lugar desde el que abordamos el proyecto es un acto político, como lo es la educación. Uno está trabajando con la sociedad, y esa sociedad que queremos empieza en el aula, como la democracia”, explica Lucho Milocco a Rosario/12. Una buena manera de aproximarse a Pim Pau, el trío de música infantil que Milocco (Santa Fe) integra junto a Eva Harvez (Buenos Aires) y Cássio Carvalho (Brasil). Corazón de Crianza es el nuevo disco que Pim Pau presenta hoy a las 17 en Teatro La Comedia (Mitre 958).

“Trabajamos mucho en congresos educativos y en formaciones para docentes, y lo que tratamos de compartir son herramientas y recursos para habilitar los distintos lenguajes artísticos. No todos hablamos de la misma manera ni tenemos los mismos tiempos y modos para manifestarnos. Lo que buscamos es compartir una mirada que construya infancias emancipadoras, para no caer en una escuela que replique los sistemas de poder. Generar recursos para los docentes y los adultos vinculados a la crianza. Como refiere Paulo Freire: ‘educar no es transmitir conocimiento, sino generar las condiciones para la producción propia’”, continúa el músico.

“Proponer y no dictaminar”, completa Eva Harvez. Y prosigue: “Como adultos que somos, acompañamos a las infancias de muchas maneras, y uno toma decisiones en ese quehacer. Pero no debemos subestimarlos. Son sujetos de derecho, tienen una percepción del mundo, y nosotros tenemos un montón de cosas que aprender de esa percepción”.

Lucho: -Además, el aprendizaje es colectivo, es un diálogo siempre en movimiento. Como adultos, hoy no somos los adultos de hace 20 años, no podemos mantener esas referencias estáticas. Tampoco lo son las infancias. Lo que hay es un movimiento que exige una escucha mutua, un diálogo, una construcción de lo que se está viviendo, y eso es un acto colectivo. Como dice Freire: “lucho por una educación que nos enseñe a pensar, y no por una educación que nos enseñe a obedecer”. Para nosotros, se trata de llevar un poco del universo del aula al show, a los discos, a los videos, que sea una construcción con la familia, y que lo que uno vea no sea un adulto necesariamente disfrazado. El juego no es sólo una cuestión de los chicos.

Cássio Carvalho completa el trío, y con Eva Harvez son compañeros de vida. “Tenemos dos hijitos”, dice ella. Se conocieron durante unas clases de entrenamiento físico de danza. Luego surgió el vínculo con Lucho, a través de la docencia. “Fue ahí, en ese mundo de compartir miradas respecto al trabajo con los chicos, cuando nos dimos cuenta de que teníamos ganas de trabajar y de crear juntos. Ahí se formó Pim Pau”, rememora Eva.

Lucho: -Nos fue llevando el camino.

Eva: -No es algo que nos propusimos, se dio en el compartir y en la amistad, en la necesidad de quedarnos después de hora charlando.

Lucho: -Allí es cuando aparece lo audiovisual -a través de YouTube-, porque nos permitía plasmar de manera más fiel lo que pasaba en el aula, con el cuerpo en escena.

La tarea docente de los Pim Pau prosigue, con la participación en cursos de formación y en congresos; “de hecho, mañana (por el jueves) nos vamos a una feria del libro en Vera, después a un congreso en Avellaneda, el sábado en Concordia; lo educativo es muy lindo para nosotros, lo seguimos haciendo porque nos gusta”, agrega Lucho.

Lo cierto también es que tras el suceso que aquellos primeros videos en YouTube, vino el disco: Recreo (2016). Como señala Lucho: “No sabíamos qué iba a pasar, y ése es un misterio de las redes sociales: cómo rebota, dónde y de qué manera. Comenzó a escribirnos mucha gente, y eso fue llevándonos al disco, que terminó de consolidar la identidad del proyecto”. Ahora es el turno de Corazón de Crianza, álbum surgido al calor de las mismas giras y la actividad ininterrumpida: “tenemos un movimiento muy intenso y no hubo tiempo para frenar un mes y grabar. Por eso, participan Hitayosara Ojeda, de Colombia; el Grupo Triii, de Brasil; y Kevin Johansen. El proceso fue distinto, fue todo vertiginoso. Lo que sí sabía es que había muchas cosas que fueron madurando, que veníamos trabajando, a partir de investigaciones que venían incluso antes de Recreo; y otras que fueron madurando en el encuentro con colegas, músicos y docentes. El disco profundiza en una investigación que veníamos haciendo, en cuanto al corazón como emoción y como tambor, como el primer ritmo que escuchamos y como el ritmo que nos da vida y que tiene que ver con ese latir que atraviesa también a muchos ritmos latinoamericanos”, comenta Lucho.

Eva: -Hay algo que fuimos descubriendo en el proceso, y es la noción de que el ritmo es inherente al ser humano. A medida que vamos creciendo, hay un desfasaje que va relegando a la gente de la música, y ese cantar, ese pulsar, ya no nos pertenece. Quisimos plasmar que ese sonido y primer ritmo es propio, y está bueno poder vivirlo de la manera como uno quiera.

Lucho: -Uno puede considerar que no es músico, pero al momento de acunar a un hijo la música es fundamental. Porque es vínculo. Uno ni siquiera necesita saber una letra ni nada, es la intención. Por eso, el disco es una invitación al reencuentro con la música, como lenguaje, y desde esa perspectiva.