Por fuera de la necesidad urgente que impone la tendencia al deterioro de la situación social, Arroyo describe otra serie de factores que resultan necesarios para revertir una situación de pobreza que hace décadas que se volvió estructural en la Argentina. “El crecimiento económico es una condición necesaria. Pero hay otras cosas que son complemento indispensable. El primero es la modernización de la escuela secundaria, para vincular escuela y trabajo, el desarrollo local y las actividades productivas de cada región. El segundo es el vínculo entre planes sociales y trabajo, ya que es necesario que si un beneficiario de un plan social consigue trabajo, pueda seguir cobrando el plan, que puedan convivir. En tercer lugar está el desarrollo de una amplia red de tutores, desde curas, profesores de educación física y trabajadores sociales. En cuarto lugar está la reconversión de planes sociales a partir de y la potenciación masiva cadenas productivas que recorren todos los eslabones, como construcción, infraestructura básica, textil, alimentos y la economía del cuidado”, dice Arroyo. Criticó, además, al gobierno nacional por “tener la idea de una Argentina en base a soja, finanzas, minería y salarios bajos, que implica una exclusión estructural de 20 millones de personas”.