Desde el viernes pasado se puede recorrer en todos los pisos del Museo de Arte Contemporáneo de Rosario (Macro, Oroño y el río) el septuagésimo tercer Salón Nacional de Rosario, cuyo acto de premiación se realizará el próximo 16 de noviembre. Ese día a las 18 se presentará en vivo una performance de Antonio Romero y Susi Villa que fue seleccionada por el jurado, y por ahora puede verse en video.

Antes, el jueves 24 de octubre a las 18, en la sala central del Museo Castagnino, se representará otra performance elegida: La quemada, teatro de figuras, por Silvia Lenardón, Emiliana Arias, Guillermo Martínez y Soledad Verdún. Como puede apreciarse en el registro que se exhibe en video en el piso 5, la obra es un homenaje desde el arte contemporáneo a dos maestros del arte moderno local, Juan Grela y Aid (Haydeé) Herrera, con cuyas formas semiabstractas de los años '60 se despliega un juego espectacular de escenas efímeras y precarias que las resignifican en una puesta constante del cuerpo, surcado por la danza contemporánea y ritmado por la vivaz percusión de Arias.

La curadora de la sección Gabinete, Clara Garavelli, elabora en uno de sus textos de sala la categoría artística de "obras de diálogo, reinterpretación, apropiación y citación de clásicos". Si bien se refiere a los clásicos del cine, la cita motiva una reflexión: ¿Al reelaborar sus creaciones pictóricas en nuevos formatos, Silvia Lenardón y equipo están situando a Grela y a Aid en el lugar del clásico? Si es así, hay una operación crítica de construcción de tradición, que en la obra se efectúa mediante aquellos procedimientos "post modernos". Algo parecido sucede en otro lugar del Salón con una pintura al óleo de Alfredo Frías que pone en un mismo plano montaje un mingitorio en llamas (alusión sexual y también a una icónica obra de Marcel Duchamp) y un ejercicio de estilo inspirado en los interiores que pintaba Pablo Suárez a comienzos de la dictadura.

Un jurado de selección integrado por Claudia del Río, Jimena Ferreiro y Mariana Marchesi eligió obras de 35 artistas entre 731 proyectos. Ellos formaron parte junto con Clara Garavelli, Rogelio Lombardo (Fundación Castagnino) y Raúl D'Amelio (director del Museo) del jurado de premiación que otorgó el Premio adquisición Salón Nacional de Rosario a la obra Se siente como entrenamiento, una serie de 4 dibujos sobre papel de la joven artista rafaelina Clara Esborraz. También otorgaron premios estímulo sobre los que ya se informó en su momento.

Sebastián Joel Vargas
Unos dibujos premiados de Clara Esborraz.

El premio colección del Ministerio de Innovación y Cultura fue para la obra Sobre el relato de la austeridad, de Andrés Denegri. Metáfora material y políticamente crítica del discurso presidencial de los últimos 4 años, esta instalación cinematográfica con tecnología obsoleta modificada articula las dos secciones del Salón, al ser una de las seis seleccionadas por Garavelli para una sección Gabinete que se exhibe dispersa en casi todas las salas del Macro. De esa sección, centrada en los cruces entre arte y cine, se destaca el rescate del cortometraje Mujeres (1979), una obra feminista en Super 8 por Narcisa Hirsch, pionera del cine experimental argentino que hoy a los 91 años sigue produciendo arte.

La dimensión ideológica está presente en obras con una mirada crítica. En Gabinete se destaca el rescate del corto Mujeres, de Narcisa Hirsch

La dimensión ideológica del sentido se hace presente no sólo en esta obra, sino también en piezas contemporáneas como la de Denegri y en otras (mayoritariamente videos o videoperformances) que expresan sutilmente una mirada crítica sobre las condiciones materiales de producción del neoliberalismo y el fenómeno cultural del macrismo. En El palo, el hueco y el mono orejudo (2017), Mariela Pisani escenifica con medios ingeniosos y precarios un mundo bizarro que puede leerse como una alegoría de la obsesión por la seguridad y como una sátira a las masas que consumen imágenes de alevosa violencia estatal. Lo mismo puede decirse de los personajes oprimidos y deprimidos del corto animado de Mónica Heller, el pragmatismo cínico camuflado de santidad new age que parodia Jazmín Giordano o el tutorial de devoración autodestructiva de productos de limpieza que compuso Facundo Belén.

En una instalación de dibujos que ha sido fechada en 2012, Gustavo Marrone utiliza el feísmo neo expresionista y breves textos pintados con gesto urgente para denunciar los prejuicios detrás de las políticas municipales porteñas y el odio que anima la violencia social. Unas gafas ideadas por Rodrigo Alcón Quintanilha invisibilizan el movimiento. El escotoma, el recorte en el campo visual de aquello que no se ve, es el tema en la instalación de pinturas sobre papel de Silvia Gurfein, que incluye citas de Derrida y constituye a la vez una reflexión filosófica universal sobre el acto mismo de pintar.

 

Además de la preponderancia del video en la sección Gabinete (que incluye obras por Gustavo Galuppo, Daniela Cugliandolo y otros) y su fuerte presencia en la sección principal, fueron elegidos muchos artistas contemporáneos que renuevan técnicas tradicionales como la pintura (Víctor Florido, Clara Miño, Rob Verf, Antonella Agesta, Cotelito, Vico Bueno, Carlos Hufmann), el dibujo (Carla Colombo, el videasta Marcello Mercado, Diego de Aduriz o Flor Meyer) o la escultura (Fabio Risso Pino, Valeria Maggi). Instalación y experimentación son minoría esta vez. Se destacan dos obras conceptuales basadas en la apropiación de los textos de perturbadoras cartas encontradas (una anónima y tres con firma célebre): una pieza en colaboración por Maximiliano Rossini y otra de Mariano Legón.