El informe de política monetaria del BCRA de enero señala que el ingreso de dólares por el blanqueo no generó demasiadas presiones a la baja sobre la cotización del dólar. La clave de la estabilidad no estuvo en la acumulación de reservas del Central, sino en la compra de dólares por el sector privado. Según los técnicos de la entidad, los “agentes racionales” realizaron lo que Milton Friedman denominó como “especulación estabilizadora”: “Este tipo de especulador comprará cuando los precios sean anormalmente bajos y venderá cuando los precios sean anormalmente altos”. De esa manera, interpretan como positivo que se hayan fugado de un plumazo todos los dólares que trajo el blanqueo, confiando que volverán cuando la divisa amenace con subir.

Quienes elaboraron el informe olvidaron que la mano invisible del mercado estuvo ayudada por la mano visible de los burócratas del BCRA que escribieron la Comunicación A6.128 que amplió del 15 al 25 por ciento la posición global neta de moneda extranjera. Tras ese cambio, los bancos incrementaron en unos 1.790 millones de dólares su patrimonio neto en dólares. Es decir, mediante una resolución de administración pública se incrementó la demanda privada de dólares. Por otro lado, a poco de publicarse el informe, el BCRA sumó más de 8.000 millones de dólares a sus reservas para evitar la apreciación cambiaria ante el ingreso de divisas por la política oficial de masivo endeudamiento externo. Luego se transfirieron esos depósitos al Banco Nación para mantener la formalidad ortodoxa del Central y de yapa incrementar la capacidad de financiar al tesoro a costa del banco público. Una muestra de que se está desvirtuando la función del Nación, que ahora se encarga de realizar la política monetaria que no encaja en el corset de monetarismo del BCRA.

Más interesante es analizar los fundamentos del tipo de cambio de equilibrio que tendrían en su cabeza los “especuladores estabilizadores” que compraron cuando el dólar se acercó a los 15,40 pesos. La estabilidad se funda en que los actores económicos saben que tras el pago a los fondos buitres y dada la buena herencia del desendeudamiento K, el gobierno puede todavía colocar deuda en el exterior y obtener los dólares suficientes como para fijar su valor. Por otro lado, se especula con que el gobierno no va a dejar que el dólar baje nominalmente, porque exacerbaría la pérdida de competitividad que genera la política de llegar a las elecciones sin devaluar. Es decir, la base de la racionalidad del mercado está en la discrecionalidad de la política cambiaria y de endeudamiento del Estado. 

Pero el punto central es sí los especuladores estabilizadores que compraron 8.200 millones de dólares entre diciembre y enero los ofertarán en el mercado cuando el valor de la divisa comience a subir o si, por el contrario, serán un capítulo más en la larga historia argentina de fuga de capitales. Y aún en la hipotética situación de que los vendan, ¿qué valor del dólar esperarán para vender si al gobierno le va mal en las elecciones? ¿Cuál si cambia bruscamente el costo del endeudamiento del país al calor del creciente nacionalismo económico de las potencias?.

@AndresAsiain