La flamante Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, realizó su primer discurso oficial como titular del organismo multilateral. “El Fondo llega en momentos en que hay situaciones muy desesperadas, hay riesgos, y trabaja con el país para revertir ese momento”, consideró la economista y socióloga búlgara al referirse implícitamente al rol del organismo en países como Argentina. “Por supuesto que es duro, pero debemos pensar qué pasaría si el Fondo no estuviera allí, cuál sería la devastación de una economía completamente arruinada, con ninguna esperanza de ser reconstruida. Lo que me gustaría hacer en los países con programas es lo que Christine Lagarde definió en su salida: una billetera, un cerebro, pero sobre todo un corazón que late”, indicó Georgieva, que la próxima semana protagonizará su primera Asamblea Anual del FMI en Washington.

“La economía mundial se encuentra ahora en un período de desaceleración sincronizada. Prevemos que en 2019, el crecimiento disminuya en casi el 90 por ciento del mundo”, expresó la economista búlgara al referirse al escenario de estancamiento global. Devenido en el principal deudor del organismo tras el préstamo por más de 56.000 millones de dólares, Argentina será uno de los diez de los países con peor desempeño a nivel global. Georgieva no ofreció proyecciones actualizadas que recién serán difundidas la próxima semana pero la última cifras difundidas en julio preveían una contracción del 1,3 por ciento del producto este año. “Esta desaceleración generalizada significa que el crecimiento este año caerá a su tasa más baja desde principios de la década. En algunas de las principales economías de mercados emergentes, como India y Brasil, la desaceleración es incluso más pronunciada este año”, advirtió en su discurso.

A la hora de sugerir las “prioridades de política económica para lograr un crecimiento más vigoroso y resiliente”, Georgieva enfatizó la necesidad de contener la expansión del gasto público, garantizar la independencia de los bancos centrales e implementar reformas estructurales. “Un nuevo estudio del FMI centrado específicamente en las economías de mercados emergentes y en desarrollo muestra de qué manera las reformas estructurales pueden aumentar la productividad y generar enormes beneficios económicos”, sostuvo la economista al apuntar directamente al grupo de países entre los que se ubica la Argentina.