Desde la CTA de los trabajadores y trabajadoras hemos adherido al paro internacional de las Mujeres. Está claro que no estamos frente a una medida de fuerza sindical tradicional, ni por sus formas ni por el carácter de las reivindicaciones sostenidas, que no sólo reclaman a estado y empresas, sino que también interpelan al conjunto de la sociedad. Por eso hemos sostenido el apoyo y la convocatoria en su carácter de medida política de acción, un llamado a paro desde la ciudadanía, pero que también contempla la participación de nuestros sindicatos. Cada sector viene definiendo la forma de hacerlo: paro activo, cese de tarea, asamblea, los varones supliendo el sector de trabajo de las mujeres mientras se realizan asambleas, jornada de reflexión y las múltiples modalidades que se están discutiendo en las organizaciones en todo el país.

Hace décadas nos movilizamos los 8 de marzo, la novedad, que se inauguró el 19 de octubre pasado, es este llamamiento a un paro de mujeres, con toda la fuerza política y simbólica, que supone decir las mujeres queremos parar el mundo. No se soportan más los femicidios, pero tampoco la base estructural de las desigualdades sociales y de géneros. Este día internacional de las mujeres se produce también en un contexto de paro y movilización del sector educativo e industrial en Argentina. Lo que prefigura un 6, 7 y 8 de marzo con trabajadores y trabajadoras movilizadas. Lunes y martes desde la convocatoria sindical, y el día miércoles 8, desde la fuerza del movimiento de mujeres, del que formamos parte las mujeres del movimiento sindical. Estar masivamente en las calles se vuelve acuciante, no sólo por la fecha conmemorativa, sino por la coyuntura dramática, de avance descomunal de la derecha en nuestro país y en la región. Esto nos desafía como sector sindical, para poner prioridad en lo que nos unifica, y poder convocar todas las trabajadoras organizadas juntas, movilizadas en las calles del país.

Las mujeres paramos, nos llama a todas, estemos en el sector que estemos. Seamos trabajadoras formales o no, comunitarias, trabajadoras de casas particulares y cuidadoras que hacemos las tareas remuneradas o no, estudiantes, jubiladas. Esta convocatoria pone en primera plana el trabajo de las mujeres. Nos posibilita mostrar que somos generadoras de riqueza para nuestras comunidades, nuestras familias y para nuestras naciones. Nosotras paramos, es un grito en acto, es una convocatoria a todas, es recuperar la idea de que las mujeres somos trabajadoras siempre. Es enfrentar la frivolización mercantilizadora del día de las mujeres. Es llamarnos a parar, hacer asambleas, participar del cese de tareas, colocar un cartel y charla en el almacén del barrio o en el comercio donde compro o trabajo. Es llamarnos a dejar una tarea doméstica sin realizar, es que algún varón del hogar ese día cocine, lave la ropa o planche. Es una jornada de reflexión en el club, en la escuela, en la iglesia, es la construcción de mensajes con las alumnas y los miles etcéteras que se nos puedan ocurrir. Es todas las modalidades, acciones, formas y voces que seamos capaces de construir este 8M. Es toda la movilización que con audacia tenemos que convocar a salir a la calle. Por eso reafirmamos como consigna Ni Una Trabajadora Menos. Porque nos queremos vivas, libres, sin Milagro Sala presa, con trabajo, con derechos, sin discriminaciones, sin violencias. 

* Secretaria de Igualdad de Género - CTA Nacional.