Con diecisiete caídas consecutivas la debacle manufacturera no encuentra su piso y alcanza su nivel más bajo en cuatro años. La producción industrial se contrajo en septiembre 5 por ciento en relación al mismo mes del año pasado. La pauperización del consumo interno, la imposibilidad de financiar capital de trabajo y la incertidumbre cambiaria mantienen paralizada la actividad fabril. El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPIM) del Indec acumula un retroceso del 7,8 por ciento en tres trimestres de 2019. Ningún sector exhibe señales de recuperación. Entre enero y septiembre los 16 bloques industriales relevados muestran caídas frente al mismo período del año pasado cuando la crisis financiera y el programa de austeridad ya estaban en marcha. Durante septiembre la construcción retrocedió en doce meses un 4,6 por ciento frente y arrastra una caída del 8,5 por ciento en lo que va del año.

La contracción industrial más pronunciada durante septiembre fue registrada por la producción de motos. Con una caída en su producción del 63,3 por ciento frente al mes anterior ese rubro arrastró al bloque denominado Otro equipo de transporte a una caída del 19 por ciento mensual. En el acumulado de los primeros nueve meses del año la merma del rubro alcanza al 40 por ciento. Sin embargo la incidencia del sector sobre la caída en el indicador es relativamente pequeña en relación al impacto que tiene la parálisis en la producción automotriz. El rubro que reúne la fabricación de autos, carrocerías, remolques y autopartes mostró un retroceso del 16,2 por ciento mensual y una caída del 23,1 por ciento entre tres trimestres de 2019. “La caída del sector autopartista se relaciona con la menor actividad de los proveedores de piezas para el interior y exterior de vehículos automotores, destinadas tanto a equipo original como al mercado local de reposición”, precisó el informe oficial al referirse a la caída durante septiembre -12,8 por ciento intranual y 13,3 por ciento en nueve meses del año.

Entre las pérdidas se destaca la categoría correspondiente a prendas de vestir, cuero y calzado con una caída 18,2 por ciento en septiembre y 12,5 por ciento, en el acumulado de los nueve meses del año, en ambos casos respecto de los mismos períodos de 2018. La mayor incidencia se observa en la división de prendas de vestir que, según precisa el Indec, responde a la menor demanda interna que afecta al sector confeccionista, las industrias fabricantes de suéteres, de medias y de otros artículos de punto, presentan también una baja en los niveles de actividad con respecto al año anterior. La caída del consumo privado también arrastró la producción de calzado.

El nivel de actividad entre los fabricantes de sustancias y productos químicos registró en septiembre una caída de 12,3 por ciento mensual y suma un deterioro del 5,8 por ciento en nueve meses de 2019. La reducción en los niveles de producción del sector está asociada a las producciones de materias primas plásticas y caucho sintético y de productos químicos básicos como farmacéuticos, detergentes, jabones y productos personales. La categoría correspondiente a muebles y colchones, y otras industrias manufactureras presenta caídas de 13,7 por ciento en septiembre y 15,1 por ciento en el acumulado de los tres trimestres del año, siempre en relación a los mismos períodos del año anterior

Las expectativas empresarias relevadas por el Indec en septiembre para el último trimestre del año evidencian el extendido pesimismo asociado al escenario recesivo y la crisis. El 91,4 por ciento de las firmas industriales encuestadas espera que la demanda interna caiga o se mantenga sin cambios hasta que finalice el gobierno de Mauricio Macri. En la misma línea el 89,1 por ciento de los empresarios encuestados no espera volver a encender sus máquinas ni incrementar sus niveles de producción antes de fin de año.

El proceso que desde sectores pymes describen como un “industricidio” comenzó a acelerarse en mayo de 2018. Sin embargo el deterioro del débil entramado industrial reconstruido entre 2003 y 2015 se observa desde el inicio de la gestión de Cambiemos mediante las políticas de apertura comercial, los tarifazos y la desregulación financiera promovida por el gobierno. El deterioro productivo fue acompañado por una crisis laboral. La industria manufacturera contabiliza la destrucción de 152 mil puestos de trabajo desde que asumió Macri. La magnitud del desplome equivale a la destrucción de 12 de cada 100 empleos manufactureros en menos de cuatro años. Así, los niveles de ocupación fabril retrocedieron en 45 de los 46 meses de la presidencia de Macri cubiertos por los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA).

La encuesta de expectativas publicada por el Indec no anticipa mejoras para ese escenario laboral desolador: el 93,8 por ciento de las firmas no planea aumentar su dotación de personal entre octubre y diciembre. El 63,3 por ciento de las firmas encuestadas no espera variaciones mientras que el 30,8 por ciento prevé despidos. Las cifras marcan un incremento de 7 puntos en la cantidad de firmas que esperan desvincular trabajadores en relación a la encuesta anterior.