La investigación penal contra dos jefes del Servicio Penitenciario de Santa Fe por abuso sexual contra una subalterna en la cárcel de Coronda, quien luego resultó cesanteada, tropezó con un inesperado inconveniente: desapareció el libro de guardia de la prisión que debería contener registros de lo ocurrido allí en aquel día de la violación referida.

Martín Mazzeo, el abogado de la suboficial que denunció al director y al subdirector del Instituto Correccional Modelo Nº 1 "Dr. César Tabares" durante 2017 reveló que el viernes pasado acudió allí personal de la Dirección de Asuntos Internos del Servicio Penitenciario (SPSF) con la misión de secuestrar determinados archivos del Libro de Guardia del establecimiento. Se trataba de las anotaciones correspondientes al día en el que ocurrió la violación denunciada (junio de 2017) y la documentación referente al trámite de cesantía iniciado contra la agente penitenciaria víctima de esa agresión sexual. Los enviados de Asuntos Internos volvieron con las manos vacías. Los libros de guardia de esas fechas se perdieron, según les dijo el personal penitenciario.

La documentación que no consiguieron resultaría una prueba de valía para la investigación que inician los fiscales Ezequiel Hernández y Mariela Jiménez, de la Unidad de Delitos Complejos de Santa Fe.

La agente que denunció a sus superiores tiene 39 años, y casi 15 años de antigüedad en el SPSF. Al regreso de una licencia médica, fue confinada a cubrir guardia en un sector de la cárcel corondina en condiciones insalubres. Luego de reclamar en vano alguna mejora en su situación, los dos máximos jefes del penal la violaron en su lugar de guardia, y luego la amenazaron de muerte para que no los denuncie. Ella calló por temor durante dos años, y siguió trabajando en la misma situación precaria. Eso la llevó a enfermarse y a faltar a su trabajo. La suboficial comunicaba esas ausencias, pero -según su denuncia- el SPSF ignoraba esos avisos. Todo redundó en un sumario administrativo y posterior cesantía.

Los denunciados, en tanto, fueron promovidos a jefe de Cuerpos y a director de la Unidad Penal Nº6, en Rosario. Siguen en funciones, dado que el Ministerio de Seguridad no dispuso la desafectación preventiva de los oficiales a pesar de la investigación penal en curso.

El caso tuvo una inesperada consecuencia. Otra agente del SPSF, que se desempeña en la Unidad Penal Nº6, de Rosario, fue compelida el viernes a pedir su traslado laboral a otro presidio. El motivo sería su condición de esposa del abogado Mazzeo, quien patrocina a la guardiacárcel que la semana pasada denunció aquella violación y luego fue despedida. La situación agrega otro detalle singular: quienes disponen del traslado de aquella empleada penitenciaria son, precisamente, los oficiales del SPSF denunciados por el abuso sexual: uno está a cargo ahora de la gestión de recursos humanos de la fuerza, y el otro dirige la UP6, en avenida Francia al 4800.

Así lo reveló el propio Mazzeo a Rosariol12, todavía asombrado por la derivación que tuvo el caso. "Siempre mantuve al margen a mi esposa de esto. Pero ella trabaja en la misma unidad donde está uno de los denunciados. El viernes por la tarde, cuando ingresó a trabajar, la llamó un asesor jurídico del SP y a solas le dijo que tiene que pedir el traslado porque en la Unidad no quieren que se hable del tema y mientras ella esté allí el personal seguirá hablando. Que pida el traslado en forma escrita y con la posibilidad de elegir el destino, adonde quiera ir, pero debe irse", contó el abogado.