Esta vez, el Festival de los Chicos María Elena Walsh (MEW), el más masivo de los encuentros para toda la familia que ofrece el Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHi), estará dedicado “a los hermanos chilenos y bolivianos”. “No estamos ajenos. Estamos viviendo un momento tremendo. Nuestra invitación es a celebrar, a participar de una fiesta de la canción y la música con las familias, pero también a acompañar fuertemente en el despertar del pueblo chileno y la angustia del boliviano. Queremos sumar apoyo, solidaridad y corazón”, expresa Verónica Parodi, directora del ECuNHi, en una ronda de mate con integrantes de los grupos que participarán este sábado del MEW. Sobre la mesa hay una whipala que anticipa la tónica de lo que ocurrirá en la casa cultural y educativa de las Madres de Plaza de Mayo, ubicada en un rincón del predio de la ex Esma (Avenida del Libertador 8151).
Con la tradicional conducción de Los Cazurros y la presencia de las Madres, se presentarán desde las 15, al aire libre, destacados grupos musicales: Catalejorquesta, Bigolates de Chocote, Ana Iniesta y La Banda de la Luna y La Banda de las Corbatas. A los espectáculos --que incluyen un homenaje a María Elena Walsh-- se sumarán talleres, muestras, ferias de libros, discos e instrumentos. Después de cuatro años de desfinanciamiento y de resistencia desde la autogestión, los trabajadores del espacio sienten “esperanza” ante el cambio de gobierno. “En estos años de neoliberalismo vivimos un tiempo durísimo. Sabemos que va a ser difícil reconstruir el desastre que se hizo y construir en medio de todo lo que sucede en Latinoamérica. Que se vienen tiempos duros, pero también que vamos a ser escuchados y visibles. Que viene un gobierno en que los derechos humanos serán política de Estado. Hay necesidades más urgentes que el apoyo a este espacio, pero sabemos eso”, dice Parodi.
Para la docente y escritora, “es una victoria” haber sostenido el grueso de las actividades del ECuNHi sin financiamiento del Estado, siempre con la solidaridad de los artistas --que se presentaron todos estos años ad honorem-- y la colaboración del público. “Estamos orgullosos de seguir en pie con la misma emoción y fuerza, con el compromiso de muchos tirando para el mismo lado. Tenemos claro que ésta era una decisión de las Madres: desde el primer día dijeron ‘no’ al gobierno neoliberal. Se plantaron en la vereda de enfrente”, desliza.
Los músicos entrevistados por Página/12 dicen estar “preocupados, angustiados, conmovidos, tristes” por la situación del continente. Y como consideran que su participación en el MEW es una “militancia” y que el festival constituye “un hecho político”, es inevitable que esas emociones impregnen la jornada. “Nosotros, que trabajamos pensando las infancias, tenemos que elevar nuestra voz desde nuestro lugar. Para poder volver a los derechos y la equidad; para que seamos tenidos en cuenta para el trabajo, la tierra y el respeto de nuestras raíces”, manifiesta Paula Coudannes, flauta traversa y cantante de La Banda de las Corbatas. A Verónica Belloni, de Bigolates de Chocote, le impacta “el odio” que por estos días recorre las venas de América latina: “Queremos transmitir memoria y dejar de negar nuestros orígenes. Necesitamos amor, alegría, música. Reencontrarnos y resignificar este espacio y la historia. Si lo hacemos cantando es más divertido. Ojalá los niños vayan creciendo con más amor”.

Con el cuidado de “no bajar línea”, el MEW es para Ana Iniesta un “hecho político impresionante” que “deja huella” en los más pequeños. Pablo Herrero, de Cazurros, lo interpreta como “un acto de militancia” que abarca “el abrazo a los hermanos latinoamericanos, a los niños que están sufriendo la pérdida de sus padres y la persecución y a la gente que se anima a entrar por primera vez a la ex Esma”. “Queremos transmitirle que es su casa también. El festival es un abrazo a nosotros mismos, un mirarnos a los ojos y decirnos que otra vez lo estamos haciendo. Hoy es un espacio reconocido y querido: músicos y público quieren estar. La tarea está cumplida”, expresa el actor y director. El y Ernesto Sánchez son los conductores “sin licencia” de la movida desde la primera edición. La de hoy es la novena. El año que viene sería la décima y ya se perciben en el ambiente las ganas de festejar con todo el aniversario. El MEW es una de las tres actividades que el ECuNHi diseñó para toda la familia. La más convocante: llegó a reunir a 5 mil personas. Las otras dos son el Festival Hugo Midón y el Encuentro Literario Gustavo Roldán.
“Algunos se van, otros vuelven y algunos nunca se fueron. A algunos les toca irse por una cuestión democrática, a otros por una no democrática y a otros quedarse por una cuestión que parece democrática pero no lo es. El festival, con todo lo artístico y lo que significa el lugar, implica aportar en un contexto histórico de lucha”, recalca Sánchez. “Nuestras letras toman a la infancia como un personaje activo en la sociedad”, asegura Jorge Alvarez, percusionista de La Banda de las Corbatas. “A mis hijos los crio de ese modo. No les oculto las cosas, se las cuento de la manera más tierna posible. Me consta que muchos de mi generación hicieron mucho por un mundo mejor… pero no alcanzó. Hay que poner la esperanza en los chicos, construirla nosotros: que no sean lo ciegos que fuimos nosotros. Nos criaron con los ojos vendados. Como padres y difusores de ideas, tenemos que hablar de la revolución a los chicos que vienen”, concluye el músico.

Diversas estéticas, misma mirada

La calidad y una mirada sobre la infancia como sujeto político e inteligente quizás sean las premisas compartidas por las búsquedas de los grupos invitados al MEW. En términos estéticos son diversos. Bigolates de Chocote es una compañía teatral y musical formada por cuatro integrantes con preparaciones distintas (actuación, clown y música). Ana Iniesta y La Banda de la Luna propone canciones como escenario lúdico, dando lugar también a la poesía. Grupo de música popular latinoamericana próximo a cumplir diez años de existencia, La Banda de las Corbatas está integrado por docentes y ofrece espectáculos con más de 40 instrumentos, bailecitos y letras para pensar. Tamborcitos del ECuNHi es el conjunto de niños y niñas de entre cinco y 12 años que asisten al taller de percusión que se dicta en el espacio hace un lustro. Estará presentando el disco Tamborcitos de Gulubú, en homenaje a Walsh.

Entre todas las bandas hay una debutante en la casa de las Madres. Se trata de Catalejorquesta, propuesta audiovisual que interpreta música original inspirada en historietas que son proyectadas viñeta a viñeta. La componen 25 músicos. Diego Penelas, el director, cuenta que tocaron una vez en el vecino Centro Cultural Haroldo Conti. “Traemos figuras como Oesterheld y Breccia, simbólicas para nuestra cultura. Vamos a hacer un homenaje a María Elena y trabajar con una obra de Pablo Bernasconi. Celebramos lo genuino de tocar en vivo cuando lo genuino está en tela de juicio, en cuanto a la información de las cosas que nos están pasando. Es complicado enterarse de lo que está pasando realmente, por ejemplo, en Bolivia. ¿Qué pasó en el vuelo de Evo? En algún punto, metafóricamente, tocar en vivo tiene algo genuino que es muy valioso”, destaca Penelas. “Es nuestra segunda vez, participar es una fiesta. Es hermoso salir al escenario y ver la calle llena de gente”, celebra Adriana García, voz de Bigolates.
Para La Banda de las Corbatas es ya la tercera presentación en este marco. “Es un orgullo. Yo tengo un hermano militar. Así que he venido en tiempos de gobiernos militares a verlo acá adentro (la ex Esma)”, recuerda Alvarez. “Vive delante de mi casa, en el mismo terreno, pero estamos totalmente separados. Cuando volví a este predio me temblaban las patas. Era terrible. Un choque de ideas. La chica que nos maneja la prensa tiene familiares desaparecidos. Nunca se animó a venir. Esta vez tiene el desafío, y va a descubrir que es un lugar transformado. Yo me siento dueño de la casa. Ya no están los tembleques. A pesar de que este Gobierno le soltó la mano al lugar seguimos sosteniéndolo. La comunidad se unió para llevarlo adelante”, completa. En esta oportunidad, a diferencia de las anteriores ediciones en que trabajaron ad honorem, gracias a un aporte de SADAIC y del banco Credicoop, los artistas podrán acceder a “un apoyo simbólico” --en palabras de Parodi-- por sus presentaciones. Otras instituciones y organismos también colaboraron con esta edición, como la Municipalidad de Avellaneda, que concedió el escenario.

 

La magia de María Elena y las Madres

Todos los festivales para chicos ideados y motorizados por el ECuNHi reivindican a una figura de la cultura nacional, activando sus resonancias en el presente. "María Elena canta y escribe retazos de infancia. Dibuja con la magia de las palabras hechas poesía y canción. Es parte de nuestra historia cultural y está en la casa de las Madres, celebrando la esperanza en la vida desde el arte luminoso y transformador”, define Parodi. “En esta tercera oleada de feminismo el suyo es un gran aporte. Fue una mujer de avanzada total. Sus letras nos conmueven. Es una voz súper importante. Queremos celebrarla con luminosidad. Para nuestras nenas y nenes es una figura que va a tener cada vez nuevas perspectivas”, agrega Iniesta.


A Pepo Lapouble, de Catalejorquesta, lo “maravilla” la “eternidad” de la cantautora. “Mis amigos me dicen que sus hijos de tres años son fanáticos de ella. Yo crecí con ella y Vivitos y coleando (clásico de Midón). Hoy hay un montonazo de bandas para la infancia, súper piolas, pero en aquél momento no había tanto. Tenemos la responsabilidad de acompañar a los nuevos chiquitos. María Elena lo hizo hace un montón de tiempo y solísima”, compara el músico.
Parodi destaca también que este festival es “para y por” las Madres, quienes hace once años, cuando hicieron su desembarco en la ex Esma para crear este espacio cultural, transmitieron el mensaje de que la vida tenía que vencer a la muerte. Y el arte al horror. “En ese momento este era un lugar tremendo, oscuro, helado. Con mi hijo nos sumamos a pintar soles y flores en los muros, y mi vida cambió para siempre. Acompañar la lucha, cumplir el sueño de las Madres nos tiene que llenar el alma. Nos devolvieron la democracia, la libertad, nuestros derechos. Tenemos que defender el sueño de sus hijos desaparecidos. Se vienen tiempos difíciles y esperanzadores”, concluye Parodi.
La entrada al festival es un bono contribución de carácter voluntario. Talleres de construcción de instrumentos (a cargo de Suflaifa), susurradores (Susurrantes Solidarixs), percusión (Tamborcitos del ECuNHi) y juegos literarios (Tinkuy) serán también de la partida. Habrá una feria de libros de Boliche Rodante y una de discos con el Catálogo de Músicas Argentinas. Suflaifa aportará además un stand de instrumentos y el atractivo de un túnel sensorial y sonoro.