El desplome del poder adquisitivo, la disparada en las tasas de interés y los aumentos de precios tras la devaluación replican sobre la compraventa de electrodomésticos. La consultora Tendencias Económicas indicó que la demanda interna de bienes durables experimentó en octubre una “disminución generalizada”. La retracción del consumo de productos que no son esenciales es acompañada por menores niveles de producción: durante los primeros diez meses del año la producción de heladeras y freezers cayó 27,5 por ciento mientras que la fabricación de lavarropas y secarropas descendió 13,8 por ciento.

El reporte de Tendencias Económicas apunta que "tras el empinamiento de la inflación en septiembre, los ingresos de los trabajadores acusaron una renovada caída, mientras la suba del dólar y la incertidumbre política de cara a las elecciones presidenciales mantuvieron alejados a los compradores de las cadenas comerciales de electrodomésticos". El Instituto Estadístico de los Trabajadores que depende de la UMET estimó que el poder adquisitivo del salario registrado arrastra un deterioro del 18,5 por ciento desde noviembre de 2015 cuando comenzó las gestión de Cambiemos, lo cual explica el derrumbe del consumo en el mercado interno.

El relevamiento difundido ayer indica que entre enero y octubre se produjeron 508.000 heladeras y freezers que representan 193 mil unidades menos que durante el mismo período del año pasado. Por su parte, la producción de lavarropas y secarropas alcanzó a 970.000 unidades en los primeros diez meses del año cuando durante en igual lapso de 2018 había alcanzado hasta las 1.125.000 unidades. La reciente retracción en la producción interna se explica por la caída del consumo, los aumentos de precios y la extinción de los mecanismos de financiamiento pero el derrotero sectorial comenzó en 2016 con el proceso de apertura comercial mediante el cual las firmas del sector reemplazaron producción local por importada.