Tiraría a la hoguera al poder económico concentrado y a la lógica mercantilista. Al dinero que es el fin de todas las acciones y no un mero medio de intercambio. Incendiaría a toda la moneda real y virtual, la de todos y todas, y comenzaría a repartir de nuevo en partes iguales. Que la torta sea del pueblo y no de unos pocos.
Antes tendría que echar al fuego a toda su maquinaria represiva, para que no puedan impedir que se distribuya distinto.
Que se quemen el individualismo, las apariencias, las falsedades, los caretas, los egoísmos, las marcas de ropa que explotan personas, las empresas monopólicas, las especulaciones financieras, la banca, los agrotóxicos, la medicina negocio, los encanutadores de tierras y viviendas, los que acumulan y no dan. Que se queme el capitalismo y que de sus cenizas resurjan las cooperativas, la solidaridad y el trabajo en equipo.

*autora, directora y actriz teatral. Se desempeña como directora artística de Teatro El Popular.