“Muere con Gorini alguien que, como cualquiera, tuvo todos los errores que pueden y quieran encontrarse cuando hay una vida entera dedicada a la acción política. Pero que jamás, nunca jamás, se quebró ideológicamente. Es decir que muere con Gorini alguien que nunca se equivocó en lo esencial”, Eduardo Aliverti, Página/12, 14/10/2004.

El 3 de octubre se cumplió quince años del fallecimiento de uno de los principales dirigentes del cooperativismo de crédito argentino: Floreal Gorini. La mayoría de las cajas de crédito cooperativas se constituyeron, en la Argentina, sobre la base de las primigenias mutuales de la comunidad judía. El sello distintivo de esas entidades sería la cercanía con los usuarios y sus mecanismos de gestión participativos.

La creación del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), en noviembre de 1958, fue un hito fundamental en su desarrollo. Funcionó como una cámara compensadora. Con el paso del tiempo, el IMFC se posicionó como herramienta de resistencia de las políticas económicas ortodoxas acuñando consignas tales como “la economía es una actividad de servicio y no de lucro”;“un país se hace desde adentro o no se hace”; “el dinero de los argentinos en manos argentinas”; “sin solidaridad no hay futuro”.

En septiembre de 1960, Gorini fue convocado para organizar la Delegación Buenos Aires del IMFC. Meses después, fue designado Gerente de la Delegación. El movimiento cooperativo de crédito registró un crecimiento exponencial en pocos años: de 197 entidades en 1958 a 974 en 1965. Las cajas de créditos llegaron a captar el 10 por ciento de los depósitos del sistema.

Ese salto cuantitativo y cualitativo no pasó desapercibido para ciertos sectores. En 1965, la Federación Argentina de Entidades Democráticas Anticomunistas  publicó nueve solicitadas en los diarios más importantes “denunciando” a los agentes comunistas en la Argentina. En una de ellas, sostenía que “en nuestro país el comunismo se infiltra en el campo económico para una vez controlado una parte del mismo, desatar una falsa crisis favorables a sus fines subversivos por ello: PARA QUE EL PUEBLO LO SEPA. Denunciamos hoy: quiénes dirigen el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos”. La solicitada continuaba con el nombre y apellido de nueve dirigentes del IMFC que pertenecían al Partido Comunista de la Argentina.

Las cooperativas de crédito soportarían muchas embestidas a lo largo de su historia. Por ejemplo, el gobierno de Onganía dictó una serie de medidas que restringieron su operatoria. El acoso oficial provocó el cierre de 500 cajas de crédito entre 1966 y 1973. La última dictadura militar (1976-1983) comandó la ofensiva final. El primer anteproyecto de reforma financiera las excluía de la actividad bancaria. El texto rezaba que “las entidades financieras solo podrán funcionar bajo la forma de sociedades anónimas”. El movimiento cooperativo resistió la arremetida a pesar del contexto represivo.

El resultado final de la puja fue un “empate”: la ley mantuvo fuertes restricciones para las cajas de crédito (por ejemplo: no podían operar con cuentas a la vista), pero otorgó un año de plazo para su transformación en bancos cooperativos.

Carlos Heller cuenta que “algún comentario que nos llegó años después de alguien que tenía trato cercano con Martínez de Hoz fue que en una reunión le preguntaron por qué nos había autorizado y dicen que a la pregunta contestó algo así como: “mirá, si los prohibimos, los victimizamos, es imposible que puedan hacer lo que quieren hacer, en un año los va a matar la gente, y nosotros nos ahorramos el trabajo de tener que victimizarlos y convertirlos en héroes. No pueden tener éxito; eso que se proponen es imposible”. Las profecías de Martínez de Hoz no se cumplieron porque se crearon 85 bancos cooperativos. Floreal Gorini fue uno de los actores centrales de ese proceso.

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