Un hogar compuesto por dos adultos y dos menores requirió en octubre 35.436 pesos para no ser pobre, informó la dirección de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires. Ese monto implica un incremento interanual de casi 12 mil pesos, ya que en octubre del año pasado se necesitaban 23.796 pesos para que aquel hogar no sea considerado pobre. El acceso a una canasta básica de alimentos, necesaria para no ser considerado indigente, requirió el mes pasado de 17.430 pesos, una suba de casi 6 mil pesos en relación al mismo período del año pasado. El fuerte encarecimiento de los alimentos y otros artículos de consumo masivo explican la suba de las canastas de pobreza e indigencia, con el consiguiente impacto negativo en los indicadores sociales.

A lo largo de la gestión Cambiemos, el componente de cereales y legumbres de la canasta básica subió un 266 por ciento, según cifras oficiales. Frutas y verduras lo hizo en un 207 por ciento y carnes y huevos, un 245 por ciento. Leche, yogur y productos lácteos subió un 303 por ciento; aceites y grasas, un 422 por ciento y azúcar y dulces, un 272 por ciento, al igual que bebidas. Dentro de los servicios, las expensas aumentaron un 286 por ciento y las comunicaciones, un 265 por ciento. Capítulo aparte merecen servicios públicos como el gas (1002 por ciento), electricidad (1925 por ciento), agua (818 por ciento) y transporte público (401 por ciento). La política de desregulación cambiaria junto a la quita masiva de subsidios determinó esa marcha de los precios.

Los servicios para la educación subieron desde 2015 un 176 por ciento, mientras que los útiles escolares lo hicieron en un 264 por ciento. Los artículos de limpieza avanzaron un 308 por ciento; servicios para esparcimiento, 234 por ciento y bienes y servicios para el cuidado personal, un 257 por ciento. En tanto, los precios de la indumentaria avanzaron un 213 por ciento; salud, un 300 por ciento y bienes durables para el equipamiento de la vivienda, un 255 por ciento.

En enero de 2016, un hogar compuesto por dos adultos y dos menores necesitaba en la Ciudad de Buenos Aires de 10.313 pesos para no ser considerado pobre en la medición por ingresos. Ese valor más que se triplicó, para llegar a los actuales 35.436 pesos para acceder a los bienes y servicios básicos. En el caso de la canasta de indigencia, el valor en enero de 2016 era de 5327 pesos por hogar, mientras que actualmente se ubica en 17.430 pesos.

El resultado de ese proceso de inflación en bienes y servicios esenciales es que Macri terminará su mandato con un nivel de pobreza del orden del 38 por ciento, unos 10 puntos por arriba del que encontró al momento de asumir. En cuatro años, el modelo económico de Cambiemos hizo que 5 millones de personas pasaran de una situación vulnerable a ser pobres en términos de ingresos. Es el mayor nivel de pobreza desde la crisis de 2001/02. Esta situación socio-económica es uno de los principales problemas que hereda el próximo gobierno de parte de la administración de Macri.