La decisión del presidente de la república de vetar el protocolo para aplicación en casos abortos no punible por la legislación estatal forma parte de la lógica del escarnio permanente contra las personas más vulnerables.

En efecto, entre las mujeres contempladas en el protocolo se hallan las menores de 15 años, abusadas, violadas o con discapacidades.

El lema del gobierno es vigilar y castigar. Manipular los cuerpos y someter la subjetividad de las clases subalternas.

Del mismo modo que la precarización laboral deja reducidos a meros objetos a las trabajadoras y trabajadores, que es la quintaesencia del capitalismo transformar a la fuerza de trabajo en un apéndice de la máquina.

La quita de medicamentos y prótesis a las ancianas y ancianos torna su vejez en destino trágico.

El veto gubernativo va en la misma dirección de una lógica represiva cargada de prejuicios patriarcales y oscurantistas.

La libertad de los cuerpos debe ser la piedra basal de una sociedad sin opresión ni explotación.

Carlos A. Solero