En 1994, Mónica Salas fue separada de su cargo de maestra, que ejercía en Villa Gobernador Gálvez, luego de una calificación de "inapta" en el dictamen médico. La verdadera razón era su orientación sexual. Mónica es lesbiana, su despido llegó a los medios de comunicación de todo el país, y en pocos días -tras la rápida actuación de Amsafé Rosario, entonces conducido por José Tessa- fue restituida en su puesto de trabajo. Más tarde, Mónica inició un juicio a la provincia que llegó, en febrero de 2016, a la Corte Suprema de Justicia provincial. Ganó esa demanda. Hoy, cuando pasó un cuarto de siglo de aquella decisión discriminatoria, la docente jubilada espera que el estado provincial -en persona del gobernador Miguel Lifschitz- haga un pedido de disculpas públicas, que se vuelque en el boletín oficial. 

Mónica impulsa su pedido a la luz de las acciones reparatorias hacia distintos colectivos que lleva adelante el gobierno provincial a partir de la Dirección de Políticas de Diversidad Sexual. "Ningún ser humano merece 25 años de espera", dice Mónica. En su momento, argumentó ante la Justicia que "el inapto que se le otorgó oportunamente por el Ministerio de Educación en forma arbitraria se encuentra vinculado a su identidad sexual y por ende deviene en discriminación, atento a lo normado por la ley 23592". Y la Corte Suprema, con los votos de Rafael Gutiérrez, Daniel Erbetta, Ricardo Spuler y María Angélica Gastaldi decidió en 2016 que el reclamo era procedente.

En diciembre de 1994, los diarios de circulación nacional publicaron la noticia de la reincorporación de Mónica, que había sido dejada cesante un mes antes, en la escuela 100 de Villa Gobernador Gálvez. Si bien el argumento era la inaptitud psíquica, entonces se difundió que había una denuncia de otra docente de la escuela, derivada de la orientación sexual de Mónica. 

"Este estado que es tan ampliador de derechos, no puede negarme las disculpas públicas que vengo pidiendo para poder cerrar esa historia tan dolorosa, creo que es necesario saber qué pasó en el caso de Mónica Salas, porque he sufrido una revictimización de 25 años", expresó la mujer a Rosario/12, y consideró que la mejor forma de hacerlo es el pedido de disculpas publicado en el Boletín Oficial provincial.