El índice de salarios que confecciona el Indec registró en septiembre un aumento del 3 por ciento en relación al mes previo, mientras que la comparación interanual arroja un alza del 42 por ciento. La suba de salarios en doce meses está más de 10 puntos por debajo de la inflación del período, del 53,5 por ciento según datos oficiales.

El sector privado registrado tuvo un incremento del 44,3 por ciento frente a septiembre del año pasado, muy por encima del sector privado no registrado, que tuvo una suba nominal estimada en el 32 por ciento. A raíz del constante retraso del salario con respecto a los precios, se calcula que a lo largo de la gestión Cambiemos el poder adquisitivo del salario del trabajador registrado acumula una reducción de casi el 20 por ciento. El saldo es peor para los trabajadores no registrados. La caída de los ingresos junto al deterioro de la situación laboral explican el derrumbe del mercado interno.

La medición de la UMET marca que “desde diciembre de 2017, el salario real formal viene registrando variaciones interanuales negativas todos los meses”. La comparación con la inflación había sido algo favorable para el salario a lo largo de 2017, aunque ni siquiera llegaba a compensar la pérdida de poder adquisitivo de 2016, como consecuencia de la devaluación de diciembre de 2015 y de las repetidas subas tarifarias. A partir de las crisis sucesivas cambiarias desde comienzos de 2018, la situación se volvió mucho más desfavorable para los trabajadores.

En septiembre pasado, la remuneración promedio bruta (incluye cargas sociales, adicionales, horas extraordinarias y aguinaldo) para el sector privado formal se ubicó en 47.571 pesos, aunque la mediana de esa tabla (que deja a la mitad de los trabajadores por debajo de ese nivel y a la otra mitad por encima) fue de 37.486 pesos mensuales, lo cual equivale a algo más que 30 mil pesos de bolsillo. La variación promedio interanual del salario formal es del 42 por ciento, cuando hace un año esa suba estaba en el 23,7 por ciento. Sin embargo, la inflación hace un año era del 40,5 por ciento y en septiembre pasado se ubicó en el 53,5 por ciento.

Si se amplía la mirada por fuera del sector asalariado formal, la situación laboral es todavía más frágil. Se estima que el 70 por ciento de la población que recibe algún tipo de ingresos recibe menos de 20 mil pesos por mes. En ese grupo están los asalariados registrados de menor nivel de ingresos, los no registrados (que representan un tercio de los trabajadores), desocupados que cobran la asignación universal por hijo, jubilados y pensionados de bajos ingresos, entre otros.