La mitad de los asalariados salteños perdió más del 20% del poder adquisitivo de su sueldo entre septiembre de 2018 y el mismo mes de 2019. Así surge de la comparación entre el Índice de Salarios que publicó ayer el INDEC y la inflación durante ese mismo período estimada por el mismo organismo.

Según el organismo estadístico nacional, los salarios de los trabajadores privados no registrados aumentaron en el último año un promedio de apenas el 32%, mientras que durante ese lapso la inflación nacional fue del 53,5%. Así las cosas, los ingresos de los trabajadores informales (que en la ciudad de Salta son el 50% de los asalariados, según la Encuesta Permanente de Hogares) perdieron un 21,5% en un año. Esto equivale a decir que esos trabajadores perdieron dos meses y medio de sueldo por la licuación de sus salarios. Si se le aplica la inflación del Noroeste Argentino, que fue del 56%, la pérdida del poder adquisitivo alcanza el 24%, el equivalente a casi 3 meses de ingresos.

Es que los trabajadores informales fueron los que más perdieron contra la inflación en el último año, producto, entre otros factores, de la falta de negociaciones paritarias y la incapacidad de reclamar mejores condiciones de trabajo en un contexto de crisis económica.

Sin embargo, todos los empleados sufrieron la licuación de sus salarios, que crecieron por debajo de la inflación de ese mismo período. Según el INDEC, los empleados públicos recibieron incrementos del orden del 44,9%, mientras que los privados registrados vieron subir sus sueldos en un promedio del 44,3%. Esto significa que los trabajadores “en blanco” perdieron entre el 9 y el 10% del poder adquisitivo de sus salarios.

Para la dirigente del Movimiento Popular La Dignidad, Fernanda Sánchez, “no es una novedad” el deterioro de los ingresos de los trabajadores no registrados. “Todos los trabajadores de nuestra organización son informales: albañiles, que tienen una verdulería, que son jardineros, que hacen cualquier tipo de changa”, relató la referente de una de las organizaciones nucleadas en la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

Sánchez narró que el deterioro de los ingresos de los trabajadores informales comenzó hace 4 años con la caída del consumo. “Los albañiles dejan de trabajar porque las obras se paran, la gente prefiere cortar sola su pasto y ya no contratan jardineros, cada uno cuida su propia economía”, se lamentó.

Por su parte, el referente en Salta del Movimiento de Trabajadores Excluídos (MTE), Rodrigo García, contó que “hasta 2016 estábamos peleando por la gremialidad de los trabajadores del basural San Javier, que sean reconocidos en su trabajo y mejorar sus condiciones de trabajo”. “Hoy, en cambio, la pelea es con el Ministerio de Desarrollo para ver cuánta comida van a mandar, porque la gente no tiene para comer”.