El Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina le presentó al gobierno de Alberto Fernández un plan para terminar con el hambre en el país. Para erradicar la pobreza, haría falta una inversión de 1784 millones de dólares, equivalente al 0,4 por ciento del PBI. La propuesta forma parte del mismo informe que releva los índices de pobreza e indigencia. La última medición, correspondiente al tercer trimestre de 2019, muestra que la pobreza alcanzó al 40,8 por ciento de la población, y la indigencia al 8,9 por ciento, esto es, los números más altos de la década.

Para superar el hambre, la universidad recomienda que el Estado realice un millón de nuevas transferencias a los hogares indigentes en base a un programa alimentario de 6000 pesos por hogar. Esto llevaría a una reducción de la indigencia de entre 2 y 3 puntos, aunque no cambiaría la pobreza. Agustín Salvia, a cargo del Observatorio, recomienda que las transferencias sean en su mayoría para hogares con niños y con jefes de hogar que estén desempleados.

Además, la UCA presentó un lineamiento para reducir la pobreza y la desigualdad, con políticas que busquen reducir la desocupación a través de empleos públicos o asociados con ONG. Estos trabajos deberían contar con un salario mínimo y podrían estar asociados al desarrollo de tareas comunitarias o servicios de cuidado. Proponen crear 800 mil empleos por año, es decir, 4 millones en 5 años, lo que tendría un costo de 3 puntos del PBI, equivalente a unos 15 mil millones de dólares.

Los planes están basados en supuestos teóricos: las estimaciones se calculan con un PIB fijo, que no prevé ni crecimiento ni caída; no hay nuevos hogares que entren en la indigencia o pobreza, y todos los ocupados del hogar continúan en sus puestos de trabajo.