Alberto Fernández le envió una carta al canciller Jorge Faurie para que deje de nombrar y desplazar diplomáticos a días -y a horas- del cambio de gobierno. El presidente electo reclamó que "con efecto inmediato se suspenda la ejecución de las medidas para evitar consecuencias negativas y se abstenga usted de disponer nuevas". 

En el mensaje advierte que, en caso de continuar con los nombramietos, se los dejará sin efecto y se dispondrán directivas para determinar responsabilidades. Los costos de desplazamiento de un embajador o cónsul se calculan en unos 50 mil dólares. 

Este diario dio cuenta de los nombramientos de último momento de Faurie, que implicó el desplazamiento de embajadores y cónsules en los días finales de su gestión, muchos de ellos actuales funcionarios de la Cancillería. 

Un caso que provocó la queja del futuro canciller Felipe Solá fue el del ex vicecanciller Guillermo Raimondi, quien la semana pasada presentó sus cartas credenciales como representante en la OEA. 

También Faurie designó en estos días funcionarios de su confianza para los consulados en Nueva York y Milán. Designar cónsules es más sencillo porque no necesitan que el país al que viajan les otorgue el plácet.