En su primera jornada financiera, Alberto Fernández tuvo un dólar en torno a los 63 pesos en las pizarras, un valor muy semejante al de las jornadas anteriores. Los controles cambiarios estrictos aplicados hace algunas semanas fueron efectivos para controlar el precio del tipo de cambio oficial y evitar rondas repetidas de devaluación. El nuevo equipo económico conoce a la perfección que el principal problema de la economía argentina es la restricción externa potenciada por la tendencia a la salida de capitales. Por esto no tiene incentivos a retirar los controles al menos hasta que la cuenta corriente vuelva a mostrarse superavitaria.

Existen además otros tres dólares financieros que en los últimos meses empezaron a ser una referencia para distintas clases de inversores. El dólar paralelo (o ilegal) cotizó ayer a 69,50 pesos con una caída de 50 centavos. La brecha cambiaria se ubicó en 10 por ciento. La cotización del dólar bolsa cerró en 72,48 pesos (15 por ciento de brecha) y el contado con liquidación finalizó en 75,17 pesos (20 por ciento). Entre los economistas acuerdan que en la medida que el tipo de cambio oficial no esté apreciado existe margen limitado para que aumente la brecha. Pero las conductas especulativas del mercado son difíciles de predecir y puede haber volatilidad con el correr de los meses.

Reservas y riesgo país

Las reservas internacionales son otro de los indicadores que deberán evaluarse con el correr de los meses para entender la dinámica del nuevo modelo económico. Este martes finalizaron en 43.788 mil millones de dólares. Desde su pico de 77.481 millones de dólares alcanzado en abril acumulan una fuerte caída. En las últimas semanas, no obstante, los controles cambiarios permitieron no sólo una estabilización del nivel de divisas de la autoridad monetaria sino que generaron espacio para comprar los dólares del superávit comercial. Esta fue una de las características de los primeros años del kirchnerismo y posiblemente sea una marca registrada de la nueva gestión del Banco Central.

El riesgo país se ubicó en 2187 puntos y es el más elevado desde el estallido de la crisis financiera internacional en 2009. El riesgo país de la Argentina a finales de 2015 se ubicaba debajo de los 500 puntos. El indicador elaborado por el JP Morgan refleja el fuerte desequilibrio generado por el megaendeudamiento de los últimos años y su caída será clave para poder recuperar cierta estabilidad financiera en el mercado interno. La negociación de la deuda externa con los bonistas y el Fondo Monetario Internacional será uno de los principales desafíos del nuevo equipo económico.

Los depósitos en dólares mientras tanto terminaron este martes en 18.341 millones. Se trata de una caída 29 millones de dólares. Desde agosto se perdieron cerca de 14.000 millones de dólares depositados en cajas de ahorro de los bancos y la capacidad de recuperar la confianza de los ahorristas será otro gran desafío de la nueva gestión.