Por David Narciso

La Bolsa de Comercio de Rosario intimó a Vicentín a informar "en un plazo de 24 horas el total de las deudas vencidas al día de ayer por contratos de compraventa de granos recibidos a precio firme o a fijar precio y los términos generales de una propuesta destinada a regularizar esas deudas". La respuesta de Vicentín, que hace una semana informó sobre su imposibilidad de afrontar deudas y anunció que iniciaría un proceso de reestructuración de pagos, no tardó en llegar. Apenas un par de horas después, la procesadora y exportadora de granos publicó su propio comunicado, aunque no incluyó ninguno de los datos que la Bolsa le requirió.

"Estamos trabajando con un equipo de profesionales altamente calificados en la elaboración de un plan de negocios y de reestructuración serio, viable y posible que requerirá de la mayor flexibilidad y predisposición de todas las partes. En línea con lo antedicho, queremos ratificar que la propuesta a presentar no privilegiará a ningún acreedor en perjuicio de otros", dijo Vicentín sin mostrar sus cartas.

La otra novedad de las últimas horas es que el hombre fuerte de Vicentín, Alberto Padoán, renunció al directorio de la Bolsa de Comercio, entidad que presidió hasta fines de noviembre. Padoán entregó la conducción a Daniel Nasini, pero se guardó una silla en el directorio, situación que se volvió insostenible teniendo en cuenta que el mercado granario es central en la institución y Padoán estaba de ambos lados del mostrador.

La cesación de pagos de Vicentín generó un tembladeral en la economía regional. No sólo quedaron enganchados productores y acopiadores, sino también, empresas pymes, transportistas y demás proveedores. Como la empresa no informa números concretos, extraoficialmente se estima al menos en el equivalente a unos 350 millones de dólares las deudas en el mercado interno y llegaría hasta 1.000 millones de la misma moneda si se suman los acreedores externos.

La caja de resonancia es la Bolsa de Comercio, donde los ánimos de los distintos actores que participan de la cadena agrícola y sus derivados vienen caldeados. Tras una semana de esperar alguna señal de parte de Vicentín, el directorio recurrió al reglamento interno y ayer emitió la intimación a nombre del responsable legal de la cerealera, que es otro que el yerno de Alberto Padoán.

La situación es tan grave que en la Bolsa rosarina estaban esperando la llegada de la nueva gestión provincial para pedirle al gobernador Omar Perotti que se ponga al frente de gestiones ante el gobierno nacional para atender una situación que para muchos corre riesgo de derivar en un efecto dominó. Entre los grandes acreedores se encuentran el Banco Nación. La pregunta es si Vicentín logrará la reestructuración por sí misma sin dañar la economía provincial y regional o si requerirá de la espalda financiera del Estado nacional. 

¿Cómo llegó a tanto el pasivo de la firma nacida y con casa matriz en la ciudad de Avellaneda, en el departamento General Obligado, norte de Santa Fe?, se preguntan muchos.

La respuesta la dio un hombre que conoce el mercado: "Era una empresa muy ágil, que si no le podías vender a una multinacional por cuestiones logísticas, Vicentín te lo resolvía y te compraba la mercadería".