Destrucción de empleo registrado, pauperización de la capacidad de compra de los salarios y precarización de los puestos de trabajo constituyen el legado del gobierno de Cambiemos en materia laboral. El resultado del desplome en la demanda interna, el proceso de apertura comercial, la inestabilidad cambiaria asociada a la desregulación y el programa de austeridad fueron acompañados por un incremento en el desempleo hasta el 10,6 por ciento. La cifra correspondiente al segundo trimestre de 2019 estableció la marca más elevada en catorce años. Son más de dos millones de personas en todo el país sin empleo. Las posiciones más afectadas por el proceso son las industriales que son las que presentan mejores condiciones y mayores remuneraciones. Las mujeres fueron las más afectadas por el proceso de deterioro laboral.

El último reporte publicado por el Indec permite dimensionar el deterioro laboral acumulado durante la presidencia de Mauricio Macri que heredó un nivel de desocupación del 5,9 por ciento. El dato corresponde al tercer trimestre de 2015 ya que las estadísticas laborales quedaron alcanzadas por el apagón estadístico dispuesto al iniciar la administración cambiemita. La marca del 10,6 por ciento correspondiente al período abril-junio de este año se convirtió en la más elevada del gobierno de Cambiemos, al superar el 10,1 por ciento observado en el primer trimestre del 2019.

Las cifras más actualizadas hasta septiembre sobre el desempeño del empleo en el sector privado registrado dan cuenta de la profundización de ese proceso durante la segunda mitad del año y ofrecen un diagnóstico más extenso. Durante los 46 meses de la presidencia de Mauricio Macri cubiertos por las estadísticas laborales se contabilizó la destrucción neta de 224 mil posiciones. En ese período, la industria manufacturera experimentó una reducción equivalente a 158.600 posiciones registradas.

No se trató de un proceso excepcional ni estuvo limitado a un único sector fabril sino de una dinámica generalizada y constante que expuso el giro de 180 grados en los mecanismos de intervención estatal en los conflictos laborales. La magnitud del desplome laboral en las fábricas equivale a la pérdida de 13 de cada 100 posiciones manufactureras en menos de cuatro años.