Es uno de los iconos de Abu Dhabi. Para verlo bien en toda su extensión hay que subir al mirador del Jumeirah Hotel, en lo alto de las Etihad Towers, y apreciarlo desde arriba. Pero luego conviene bajar y entrar en su impresionante vestíbulo dorado, que bien podrían merecer las siete estrellas que se le suele atribuir (aunque tenga las tradicionales cinco). El Emirates Palace es un hotel-palacio donde el lujo se exhibe en todos los tonos del oro, el mismo oro que distribuye el cajero automático de la entrada. Se entra libremente, se lo puede recorrer y también reservar una mesa para tomar el té y sentirse como un auténtico jeque árabe.