“Comenzamos en noviembre y dura seis meses. Cada mes se modifican las obras, los elencos, los directores, e incluso la temática”, señala a Rosario/12 Beltrán Ruiz, organizador del Ciclo de Microteatro. Toda una novedad para la ciudad, con funciones previstas (ver recuadro) los días viernes y sábados, a partir de las 21, en Galería de Arte La Raíz (Pueyrredón 77Bis). “En la galería ampliamos el espacio para tener tres salitas de teatro, pequeñas. Las obras, de una duración de 15 minutos cada una, se dan los viernes y sábados, y se replican cuatro veces. Hay tres obras el viernes, y otras tres el sábado. Así, cumplimos con seis obras en la semana, que se repiten durante todo el mes”, agrega Ruiz.

El equipo tomó forma a partir del vínculo establecido junto a Romina Tamburello y Juan Nemirovsky, directores artísticos del ciclo. Entre los tres, la inquietud cobró una dimensión novedosa, que está encontrando una respuesta ciudadana favorable. “Esto surge a partir de la histórica dificultad de los teatreros rosarinos de acercar el público –explica Nemirovsky. Al notar que el ciudadano es alguien propenso a la salida y está dispuesto al plan nocturno, nos pareció que cruzar esas dos vertientes podía tener buenos resultados; es decir, ofrecer a ese espectador una salida en donde conjugar el teatro y el plan gastronómico, para que pueda ingresar a ver el espectáculo con bebida en la mano, y desde un formato y una duración que estén más aggiornados a los tiempos que corren y a la inmediatez, porque pareciera que es más difícil sostener la atención durante un tiempo más extenso”. “Todo esto se combina con un bar, hay un patio andaluz, y en la galería hacemos muestras cada dos meses; es decir, es un lugar en donde se combinan obras plásticas, fotografía, escultura, y teatro. Hay una fusión de las distintas ramas del arte, junto a la posibilidad del bar, con su barra y oferta gastronómica”, completa Ruiz.

El fenómeno del microteatro tiene su historia, pero en la ciudad es algo por lo menos reciente. Al respecto, Nemirovsky comenta que “esto es algo que surgió en España y ha tenido mucha repercusión, con experiencias que se han replicado en Buenos Aires y otros lugares del mundo”. Según Ruiz, “aquí en Rosario podríamos decir que es una propuesta distinta, nueva, y creo que se adapta un poco a los tiempos. Choca con lo tradicional, con el prepararse para ir al teatro y hacer cola para ir a una sala italiana clásica; esto va por otro lado, hay una relación con el actor mucho más íntima, también porque no deja de ser una sola habitación, en donde hay un ida y vuelta con los actores, prácticamente no hay separación con el público mismo. Hay expresiones, emociones, uno sale conmocionado, diferente, y a la vez sigue estando con sus amigos, tomando algo y disfrutando del verano”.

El Ciclo seguirá adelante hasta el mes de abril. En cuanto a la convocatoria y selección de obras, Nemirovsky dice que “ahora estamos en una primera instancia, es la primera experiencia. Creo que a posteriori vamos a tener que trabajar y repensar para que la convocatoria sea cada vez más abierta y democrática. Por lo pronto, es una experiencia piloto en la que hemos trabajado con las personas con las que teníamos más cercanía y con quienes se acercaron e interesaron. Es bastante grato, porque es un cruce también político, con mucha gente con la que uno se cruza en el ambiente teatral pero a veces no tiene la posibilidad de trabajar. Apostamos a que se instale como otra de las atracciones de la ciudad, como otra propuesta de verano de teatro. Hasta ahora tenemos mucho éxito, y esperamos que siga así hasta abril”.

Luego de “El fin del amor” durante noviembre, la temática de este mes toca a la navidad y el fin de año; enero, en tanto, se ocupará de “2020”; febrero de la “Inmigración”; marzo de “Mujeres y disidencias”; y abril será el turno del “Teatro erótico”. “Es un desafío –explica Ruiz-, porque lo que queremos es ampliar el público del teatro de Rosario y tratar de llegar a otras esferas. Y lo hemos logrado. Hay mucha gente que no suele salir al teatro, y ha concurrido. El boca en boca nos ha sido muy positivo. Notamos que el público que ha salido de una obra quiere ver otra, y vuelve a la semana. Si te gusta, este formato te atrapa y te termina llevando a querer ser parte, a querer ver otra obra y comparar. Y eso está bueno”.