El referente opositor boliviano Luis Fernando Camacho se vanaglorió por su rol activo en el golpe de Estado contra el presidente depuesto Evo Morales. Camacho admitió abiertamente que fue su padre quien presionó a los militares aquel 10 de noviembre para que le quitaran el apoyo a Morales y se sumaran a su estrategia golpista.

Luego de que el presidente derrocado convocara nuevamente a elecciones, las fuerzas armadas pidieron públicamente la renuncia de Morales para “pacificar Bolivia” y “mantener la estabilidad”. Horas antes, Camacho había ingresado a la vieja casa de gobierno de la Plaza Murillo con una bandera, una Biblia y una carta con el pedido de renuncia a Morales.

Ambos acontecimientos están aún más relacionados de lo que parecen. En un acto junto con sus compañeros cruceños derechistas, Camacho develó: “Fue mi padre, quien cerró con los militares para que no salgan”. Rodeado por sus seguidores, contó que lo envió a hablar directamente con las fuerzas de seguridad para consumar el golpe. “Y a coordinar todo fue Fernándo López, actual Ministro de Defensa. Por eso él está de ministro, para cumplirle los compromisos”, agregó, confirmando también que en el gabinete de Jeanine Áñez fueron premiados los golpistas.

En la grabación, se observa a Camacho junto con sus colaboradores relatando también algunos detalles de los días previos a la caída de Evo Morales. En el video admite también que se hizo un acuerdo similar con la Policía, para evitar ser reprimidos y esa fue la razón por la que el 2 de noviembre se dio el plazo de 48 horas para que Morales firme su renuncia.

“Cuando pudimos consolidar que ambos (militares y policías) no iban a salir fue que dimos las 48 horas. Porque sabíamos que Santa Cruz podía trasladarse a La Paz (...) Ese fue el momento más duro que pasamos”, asegura Camacho en la grabación.