¿Qué se puede hacer en Rosario en el verano? Los dos museos del Parque Independencia, el de la Ciudad y el Histórico Provincial, ofrecen actividades para ir agendando. En ambos casos se trata de conocer más sobre la riqueza de historias que alberga el hermoso parque, mientras se disfruta de la naturaleza en plena ciudad. 

El domingo 26 de enero a las 9.30 de la mañana, el Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich (Bv. Oroño y Riobamba) será punto de encuentro y partida para un paseo por el espacio público y la memoria urbana. Bajo la consigna Parque Explorado Estival, se podrá acompañar, en bici, roller o caminando por la avenida Dante Alighieri rumbo al Estadio Municipal, el recorrido de un triciclo antiguo de reparto restaurado que aloja fotografías de época. Desde allí lxs guías comentarán y se invitará a observar los cambios históricos del Hipódromo, la ex Sociedad Rural, el Club Provincial y a adentrarse en el Estadio Jorge Newbery para saber sobre sus más de 90 años. La entrada es libre y gratuita. Se recomienda llevar anteojos de sol, gorro y ropa cómoda. Se suspende si llueve. 

Y en ambos edificios del Museo de la Ciudad puede aún visitarse la exposición dedicada al archivo de Wladimir Mikielievich, curada por Alicia Megías y Agustina Prieto. Es una muestra muy recomendable que puede verse hasta fines de marzo y que permite vislumbrar la memoria material de la ciudad, rescatada por su historiador.

Como todos los años, el Museo Histórico Provincial Dr. Julio Marc estará cerrado durante enero. En febrero abrirá sólo los fines de semana. Esta será la oportunidad para ir a ver la instalación titulada “Un encuentro con el Mataco”, de Guillermo Faivovich (Buenos Aires, 1977) y Nicolás Goldberg (Paris, 1978). "Es sobre nuestro meteorito llamado el Mataco, que ha atraído a gran cantidad de visitantes", explica su director, Pablo Montini. Quienes hayan podido vivir su infancia en Rosario en el siglo pasado, recordarán la emoción de encontrarse en la entrada del Museo Marc con ese enorme trozo de materia rugosa caído del cielo, montado en un pedestal. ¿Quién no atesora en su memoria la sensación del propio pequeño cuerpo izado en los brazos maternos, la mano extendiéndose para tocar esa superficie increíble, el vértigo de rozarla sabiendo que había venido del espacio exterior?

Hacia 1941, el doctor Bartolomé Vasallo donó al Museo Histórico de Rosario un meteorito metálico de 998 kilogramos que había sido descubierto en 1937 en su estancia del Chaco Austral. La donación incluyó un templete construido para su exhibición en los jardines del museo. El aerolito fue nombrado “el Mataco” en reconocimiento a una de las etnias que habitaron la la región. Vasallo era propietario de una importante porción de Campo del Cielo, zona situada parte en la provincia de Santiago del Estero y parte en la del Chaco, donde cuatro mil años atrás había impactado una lluvia de meteoritos del cinturón de asteroides que orbita entre Júpiter y Marte. Otros objetos cósmicos encontrados fueron el Toba, el Hacha, el Mocoví, el Tonocote, el Abipón, el Wichí y muchos más. Se componen de hierro (92,9%), níquel (6,67%), cobalto (0,43%), fósforo (0,25%) y elementos como el galio, el germanio y el iridio. El territorio donde cayeron fue considerado sagrado por las ​antiguas etnias, y por eso no lo habitaron. Para la comunidad qom, aquellas rocas eran gotas del sudor del sol; para los wichi, eran trozos de la luna arrancados a mordiscones por los yaguares.

Un día no se lo vio más. Causó pena aquella leyenda urbana rosarina que decía que “el Mataco” había sido robado. Lo que sucedió en realidad fue que desde principios de la década de 1990, por razones de seguridad, el meteorito fue ingresado al Museo. "Una vez dentro, se transformó en un objeto anómalo", recuerdan Montini y su equipo. "Nunca se logró asignarle una ubicación adecuada, a pesar de que para muchos de los visitantes era la pieza más atractiva", se lamentan. Pero informan que "con motivo del 80 aniversario del Museo Marc, hemos convocado al dúo Faivovich & Goldberg, cuya práctica artística se desarrolla desde 2006 en torno al impacto cultural de los meteoritos de Campo del Cielo. A través de su investigación hemos podido reconstruir algunos episodios de la historia del Mataco". La muestra, inspirada en aquel primitivo templete que proyectara su donante, convierte a la Sala España en un pabellón para exponerlo.

"Y en marzo volvemos con todo", anuncia el director del Museo Marc. Ese mes se inaugurarán seis exposiciones temporarias en las que ya se está trabajando. Se encuentran ubicadas por todo el edificio "y hasta en el patio, donde volvemos a trabajar la relación entre pasado y presente, teniendo en cuenta diversos aniversarios históricos. Por un lado, a un núcleo de estas exposiciones las agrupamos en torno a lo que llamamos Artillería Impresa, referida a prensa, política y cultura visual. Allí Roberto Amigo presenta una de nuestras últimas donaciones de ejemplares, hasta ahora desconocidos en Sudamérica, de periódicos impresos por los paraguayos durante la Guerra de la Triple Alianza, que terminó hace 150 años", detalla Montini a Rosario/12. 

"También será presentada por Alicia Megías la prensa satírica rosarina del siglo XIX, donde se destacan los históricos litógrafos e ilustradores locales. Y se relacionarán estas exposiciones de historia con las intervenciones y acciones del Taller de Impresión Capitana, el Taller de dibujo Un triángulo y una calavera, y la Cuadrilla Feminista. En otro espacio, se exhibirán las donaciones y adquisiciones realizadas para la colección del Museo durante el periodo 2017-2020 en el marco del septuagésimo aniversario de nuestra asociación de amigos, a lo que le agregaremos una obra del joven artista tucumano Gaspar Nuñez. Y en el patio se presentará un site specific escultórico de Federico Cantini. Y quedará la instalación Un encuentro con el Mataco”, concluye Montini, dando a entender que ese cuerpo celeste ya encontró su lugar en la tierra.