Ya son veinte las marcas de supermercados, entre las grandes cadenas y las cooperativas, que se sumaron al programa Precios Cuidados en todo el país. El anuncio del re lanzamiento del programa fue un alivio para cientos de familias que durante los últimos cuatro años tuvieron que ajustarse a la medida del bolsillo, con precios altos y sueldos poco rendidores. En la página web oficial pueden encontrarse los 310 productos, separados por los precios y supermercados donde pueden encontrarse los distintos artículos en cada zona del país. También hay disponible una aplicación , que permite mapear los mercados cercanos que estén adheridos al programa.

El supermercado de la avenida Nazca, casi esquina Gaona, en Floresta, tiene rejas en todo el frente. Inés y su hija Sheila viven en el barrio, y alternan entre este local y algunos más pequeños, según las necesidades del día: “Con el ajuste que fuimos teniendo estos años, solo venimos a comprar lo necesario para las comidas del día”. Al preguntarles, recuerdan las épocas en que hacían una compra grande al mes, donde no solo llevaban los artículos básicos, según ellas pan, leche, algo de carne, artículos de limpieza, sino que también se daban “algunos gustos, como yogurt para los chicos o un poco más de carne para cocinar”, señala Sheila, que lleva un embarazo de casi siete meses. En la casa son seis personas, pronto siete, pero son ellas dos las que se encargan de las compras. “Creo que nos va a ayudar a comprar como antes”, concluye. Silvana tiene 40 años, es de San Miguel pero trabaja por la zona y aprovechó para hacer algunas compras. “Conocía el programa pero no se cumplía, iba a buscar los productos y nunca estaban”. Vive con sus dos hijas y relata que hace varios años hacía “una o dos compras y abarcaba todo el mes”. Cada vez le empezó a costar más y tuvieron que recortar en ciertos productos. “Hace ya varios años que no nos damos gustos como salir a comer afuera”. Gabriel, su esposa y su hijo seleccionan productos en la heladera de los lácteos. Hacen las compras cada dos días. “Nada que ver lo que comprábamos cuatro años atrás de lo que se compra ahora. Dejamos de hacer paseos, comidas especiales, algún asado, empezamos a buscar formas para que nos alcance la plata”. Conoce el programa Precios Cuidados, sin embargo señala que en estos últimos años “era un caos, nunca había stock de ningún producto”.

Liliana es de Villa Luro, tiene 25 años y por cuestiones de salud tiene que consumir productos libres de gluten. “Encontré ya dentro de la lista unos fideos sin gluten que puedo comer, me parece fundamental que ciertos productos se salgan del precio de competencia y sean más accesibles”.

María siempre vivió en Liniers. Cuando tiene que hacer las compras, oscila entre supermercados y mercados más pequeños. “En los últimos años pasé a segundas marcas y dejé de comprar productos que antes compraba”, señala. Ella se encarga de las compras de la casa y cree que “con estos programas que tienen en cuenta el bolsillo de la gente, es que podemos estar mejor y además activar el consumo en el país”. Mirta es de Ramos Mejía pero viene a Liniers a hacer las compras porque es más económico. “En los últimos años había pocos artículos en precios cuidados, y siempre estaban agotados. Me parece necesario que artículos como leche, aceite o queso, tengan descuentos en primeras marcas, porque es importante la calidad, en especial para los chicos y los adultos mayores”. Los últimos años no fueron fáciles para la familia de Mirta: su hijo tiene una discapacidad que le imposibilita trabajar, ella no cuenta con ningún ingreso y el marido es jubilado. “El programa es indispensable”, reflexiona antes de chequear la lista para seguir con su compra.

Sharon y su marido van cada quince días al supermercado de la avenida Santa Fe, casi Pacífico. El viernes, para el fin de semana, comparan precios en la góndola de gaseosas: “la marca es importante”, señala, “en la leche por ejemplo es fundamental que esté la de marca con descuento”. Su marido agrega que la intención del programa le parece buena: “espero que esta vez funcione”, aclara en referencia al fracaso durante los últimos cuatro años. En el supermercado frente a Plaza Miserere un cartel anuncia que el listado completo de productos participantes en el programa Precios Cuidados puede consultarse en la caja central. José tiene cuarenta años y vive junto a su novia y sus dos hijos cerca de Parque Patricios. Vinieron desde Venezuela hace un año, él es ayudante de cocina, pero ella todavía no consiguió trabajo. “Tenemos que buscar ofertas cada vez que hacemos las compras, no es fácil, todo lo que nos pueda ayudar a ahorrar es bienvenido”, señala. En el mismo local, Nazarena hace la fila de las cajas. Vive en Balvanera y señala que aunque todavía no hizo la compra grande de este mes, ya desde hace unas semanas siente “un alivio, más allá del aguinaldo y de que tengo trabajo, por saber que ahora están pensando en la gente”. Conoce el programa y se alegra de que vuelva: “los últimos años fueron terribles, me acostumbré a comprar lo que podía, a repetir comidas y hacer compras chicas”, señala.

El supermercado de la calle Herrera, a los pies de la autopista 25 de mayo, en Barracas, es uno de los más grandes de la zona. Aldana compra ahí porque le queda cerca. Está acompañada por sus dos hijas. "Es muy necesario que congelen los precios, este último año fue muy dificil para mi familia". Rosa también vino con su hijo, que tiene diez años. Ella tiene 55 y este año falleció su marido. "Vengo a comprar una vez por mes, pero al estar sola me cuesta llegar a cubrir todos los gastos, tengo que andar buscando ofertas y pierdo mucho tiempo". La supervisora del local relata que, en 2019, tuvieron muchas quejas porque faltaban los productos: "tuvimos que poner un límite de compra en los artículos de precios cuidados porque nos quedábamos sin stock todo el tiempo y no había descuentos para quienes realmente los necesitaban. Es importante que refuercen el control y que hayan sumado más marcas de cada producto", opina. En La Boca hay dos grandes cadenas de supermercados dentro de los que adhirieron en el programa. En una de las sucursales, sobre la avenida Regimiento de Patricios, Mario mira los precios de la carne. "Me parece muy bien y necesario que regulen los precios, antes se compraba para que haya, y si quedaba, quedaba. Ahora compramos lo que se necesita y lo consumimos en el día". En la sucursal de la calle Magallanes, más cercana al riachuelo, Naiken mira los precios de las hamburguesas. "Antes siempre les preparaba patys a los chicos los fines de semana, pero desde hace dos años ya es solo pollo, y cuando se puede", relata. Vive con sus tres hijos en La Boca y los mantiene ella sola. "Espero que siga esto de los precios bajos, para poder comprar y acomodarme al menos a lo que era antes". El poster azul, del mismo tamaño que el rojo de las ofertas del propio supermercado, recuerda a quienes entran al local, que pueden encontrar los productos del programa en los carteles pequeños de las góndolas, que entre los blancos y negros de los precios, se pintan de azul para indicar las ofertas.

Informe: Lorena Bermejo.