Recobró bríos la interna del Sindicato de Peones de Taxi con el retorno de Horacio Boix –ex secretario general, desplazado bajo acusación de malversación de fondos– hasta la esquina de la sede, en Salta al 2800. "A este sindicato lo hice yo, necesito recuperar mi cargo, mi trabajo", exclamó ayer desde un bar cercano a la casa gremial y con una resolución ministerial del 6 de diciembre que lo restituiría en su función.

"El ministerio me reafirma como secretario general, todo volvió a foja cero", dijo el dirigente que mantiene un áspero enfrentamiento con Horacio Yannotti, actualmente a cargo del SPT. Boix acusó a sus opositores de desalojarlo mediante una asamblea amañada, en octubre pasado. "Estuvo todo armado, ni siquiera había afiliados, y varios no eran taxistas", denunció.

La interna tachera estalló en setiembre pasado, cuando Boix chocó en zona sur un Audi A7 del gremio. Para entonces, la oposición ya preparaba una denuncia penal por desmanejos financieros y un perjuicio al sindicato de 3,7 millones de pesos. El enfrentamiento se tradujo en episodios violentos con balazos incluidos.

Ayer Yannotti calificó la presencia de Boix en el bar de la esquina del SPT como "una provocación" y desautorizó la resolución de la cartera laboral que lo restituye a Boix como titular. "Lo firmó el gobierno anterior, y el ministro actual tiene otro criterio", afirmó el actual conductor del sindicato de taxistas en alusión a Roberto Sukerman.

El fundamento principal de Yannotti para rechazar a su antecesor son los picos de violencia que condimentaron la interna. "Es una provocación, hay cuatro personas que fueron baleadas y sabemos que el autor de eso es él", lanzó el gremialista ayer por Radio 2. 

Yannotti, en tanto, reveló que "el sindicato presentó pruebas que involucran a Boix en esos tiroteos" contra domicilios y miembros de la actual conducción.