La adhesión de Santa Fe al plan nacional “Argentina contra el Hambre” que significará que 200 mil niños y niñas de la provincia y sus madres puedan acceder a la Tarjeta Alimentar (ver aparte) para la compra de alimentos terminó ayer con dos hechos políticos. El ministro de Desarrollo Social Danilo Capitani anunció que el gobernador Omar Perotti insistirá ante la Legislatura con el paquete que el bloque de Miguel Lifschitz mandó al archivo en la Cámara de Diputados y que el primer proyecto que enviará será la “emergencia social y alimentaria”. “No pedíamos súper poderes ni nada por estilo, sólo herramientas” para frenar la pobreza, advirtió Capitani. Y al toque, Perotti planteó que el plan que anunció junto al ministro de Desarrollo Social de la Nación Daniel Arroyo no sólo es un “desafío” para su gobierno, sino también una “convocatoria muy fuerte” al arco opositor para “coordinar políticas de estado”. “Que uno de cada dos niños sea pobre y casi la mitad esté mal nutrido no le hace ningún favor a la política. La política tiene que escribirse con mayúsculas y llevar adelante este programa sin fisuras, sin mezquindades y sin que ninguno se haga el distraído”, dijo el gobernador en otro mensaje para Lifschitz y su bancada que bloquearon la emergencia en diciembre.

El tono político cerró el acto de ayer en la sede del gobierno en Rosario. Fue cuando Capitani dijo que la Tarjeta Alimentar será recibida por 200 mil niños y niñas, pero en Santa Fe ya hay 190 mil beneficiarios de la Tarjeta Única de Ciudadanía. Cuando se crucen los listados de Ansés, se sabrá quiénes integrarán el primer universo y quiénes, el segundo. La diferencia no es menor: la tarjeta nacional deposita 6.000 mensuales, mientras que la de Santa Fe asigna “montos muy bajos”, “unos pocos pesos”. “Ya lo hablamos con el gobernador, queremos mejorarla, pero para eso necesitamos recursos”, explicó el ministro.

“Por eso, se había planteado en la Legislatura la ley de emergencia social y alimentaria. No pedíamos súper poderes ni nada por estilo, solo queríamos herramientas para mejorar esta tarjeta que tenemos en la provincia que abarca a más de 190 beneficiarios. Así que vamos a volver a insistir, gobernador, con una ley que nos permita tener esta herramienta para poder mejorar esta tarjeta ciudadana”, agregó Capitani. Perotti asintió con el gesto.

Pero después, el propio Perotti planteó que el programa “es el más importante” del gobierno del presidente Alberto Fernández porque pretende “cerrar la brecha del hambre”. “Cuando se vive en la pobreza”, la falta de alimentos afecta el “desarrollo cerebral” de los niños y niñas en los primeros meses y años de vida”. “Y ahí, la Argentina deja de tener futuro”, dijo el mandatario.

Perotti admitió que el programa es un “desafío” para su gobierno, pero también “una convocatoria muy fuerte” a la oposición para “coordinar una política de estado” que frene la pobreza.

“Que uno de cada dos niños sea pobre y casi la mitad esté mal nutrido no le hace ningún favor a la política. La política tiene que escribirse con mayúsculas y llevar adelante este programa sin fisura, sin mezquindades y sin que ninguno se haga el distraído”, planteó Perotti en un mensaje al bloque de Lifschitz que archivó la ley de emergencia –que incluía la social y la alimentaria- el 30 de diciembre.