La combinación de factores que se debía dar para que Pablo Pérez vuelva a Newell’s se concretó ayer sobre el cierre del libro de pases. Independiente ya no lo quiere, no hay oferta por su pase y sin otra opción, el parque Independencia apareció como la única salida para el volante formado en las divisiones inferiores del club. La negociación se extendió hasta último momento pero se firma hoy, cuando el club de Avellaneda presente los avales requeridos. Aunque ya todos dan por hecho que Pérez vuelva a jugar con la rojinegra, después de seis años, y hasta junio de 2021.

El representante de Pérez, días atrás, dijo que el jugador no tenía chances de venir a Newell’s por el alto costo de su contrato. El propio jugador, el mes pasado, resaltó las ganas de seguir en Avellaneda en conferencia de prensa, dejando a un lado cualquier opción de conversación con Newell’s.

Pero su futuro se torció en el partido con Boca, donde vio la roja por una irresponsable patada. Desde entonces Independiente hizo público el deseo de que el volante se vaya. Pero su contrato vigente por dos años es el más oneroso del plantel y Pérez no está dispuesto a renunciar a los beneficios de un vínculo que ya no volverá a firmar con sus 34 años.

Newell’s apareció en escena porque en la negociación entre Pérez e Independiente el club le hizo una propuesta de rescisión con un descuento sobre el vínculo total que se compensará, en gran parte, con el sueldo que le propone Newell’s. Así, entre indemnización en Avellaneda y remuneración en el parque Independencia, el volante conservará sus ingresos.

El propio jugador participó ayer de las negociaciones con los apoderados del club de Avellaneda. Con Newell’s el acuerdo se había alcanzado la semana pasada, aunque todo quedaba sujeto a que salga libre de Avellaneda. Para eso hoy Independiente le debe dar al jugador los avales prometidos para garantizar el cobro de la indemnización. Y si el Rojo cumple, hoy Pérez entrena en Bella Vista.