El Paro Internacional de Mujeres, en su versión porteña, hizo ruido desde horas antes de que se desplegara la impresionante marcha que culminó en Plaza de Mayo. La movida se disparó sonora a partir de las 12 cuando un ruidazo alteró los decibeles habituales de la ciudad. Calles, oficinas, entidades públicas y en las cabeceras de las líneas del subte y el ferrocarril Sarmiento, comenzaron a activarse diferentes variantes de medidas que acompañaban la huelga de mujeres.

Desde temprano, el negro y el fucsia marcó el movimiento de las mujeres que caminaban por las calles, viajaban en transporte público, y empezaban a generar un clima particular que a las 12 del mediodía estalló con el ruidazo. Silbatos, bocinas, cuchillos o tenedores o fierritos que golpeteaban los caños de hierro de los semáforos, alguna poca cacerola, que no era cuestión tampoco.

Las estaciones del subte porteño mostraron a los pasajeros que se acercaban, levantaban el pulgar y hasta sacaban fotos a las trabajadoras que se habían convocado y se iban reuniendo en las cabeceras de cada línea para marchar luego hacia la convocatoria general.

La medida se empezó a sentir con fuerza primero en las estaciones Juan M. de Rosas (línea B), Congreso de Tucumán (línea D), San Pedrito (línea A), Las Heras (línea H), Constitución (línea C) y Plaza de los Virreyes (línea E), donde las trabajadoras desplegaron carteles con consignas vinculadas a las desigualdades sufridas por la condición de género.

“Nos unimos al paro de mujeres por nuestras reivindicaciones de género”, afirmó Mónica, una delegada de la comisión “Mujer bonita, la que lucha” de la Unión Ferroviaria, mientras colgaba junto a otras trabajadoras un cartel de NiUnaMenos en el tren estacionado en las vías de la estación Castelar.  

Las ferroviarias sostuvieron que se unieron “al paro mundial de mujeres desde las vías” y por nuestros reclamos de “igualdad laboral contra la violencia machista” del sindicato “la Fraternidad”, de los maquinistas ferroviarios.

En los Tribunales, mujeres del Ministerio Público Fiscal ingresaron al hall cantando “se va a acabar esta justicia patriarcal”, mientras una de ellas con un megáfono pedía, entre otras cosas, patrocinios jurídicos gratuitos para víctimas de violencia.