La extranjerización de las personas afro en la sociedad argentina aparece muy fuerte. "Es esto de que nos pregunten de dónde somos o que asuman que no somos de acá, y hasta que nos digan que nos notan una tonada diferente, cuando no la tenemos", lamentaron esa situación constante. "A mi hermana y a mí nos han preguntado si somos adoptadas o si venimos de intercambio", dice Gisella sobre lo que intentan abordar desde la risa, pero que deja de ser divertido cuando se convierte en cotidiano, al crecer "siendo extranjera en tu país", contó. "Todo el tiempo aparece la duda sobre nuestro origen, nos cuestionan y quieren saber todo nuestro árbol genealógico porque no les entra en la cabeza que podamos ser de acá", planteó Natacha, a quien en su trabajo en una empresa de telefonía los clientes la mencionan como "la colombiana", "la venezolana" y otras nacionalidades. "Cuando lo cuestionas, te dicen 'es que sos muy simpática para ser de acá'".
Natacha lamentó que todas esas cuestiones aparecen porque "crecimos bajo una educación blanca donde el negro no existió, fue aniquilado, solo fue esclavo y luego desapareció. Y que tuvo una esclavización fantástica (ironiza), se pinta una esclavitud espectacular. ¿Dónde está la historia de los y las que realmente cambiaron la historia? No existen en los libros. No existen", cuestionó. "Es muy difícil esto, en una sociedad que habla de 'negro de mierda'. Que la bajada de línea en la educación es siempre la misma, con los próceres que hicieron el proceso de blanqueamiento", dijo Gisella. Y ante ello, plantean que su historia aparezca en los planes de estudio. "El racismo se mantiene también porque en ninguna carrera aparece esto. El problema es de invisibilización", aseguró Doménica sobre la demanda de políticas públicas.