El mundo del boxeo está esperando ansioso la revancha por el título del mundo de los pesados entre el campeón estadounidense Deontay Wilder y el retador inglés Tyson Fury, luego del empate que protagonizaron hace 14 meses en el primer combate. Pero como antesala de la pelea que disputarán el sábado en el MGM de Las Vegas, los dos boxeadores casi adelantan la lucha en una escandalosa rueda de prensa, que tuvo un prolongado cara a cara entre ambos púgiles, que debieron ser separados por los integrantes de seguridad de la organización después de los empujones que se dieron frente a los periodistas que aguardaban sus impresiones antes del duelo. 

Wilder, invicto en 43 combates, con 42 triunfos, 41 de ellos antes del límite, y un empate, expondrá el sábado su corona de los pesados del Consejo Mundial de Boxeo por undécima vez, justo ante el único rival al que no pudo vencer en su carrera. Y Fury, también imbatido en 30 peleas, con 29 triunfos y la mencionada igualdad ante Wilder, busca volver a consagrarse campeón del mundo, tras haber sorprendido al gigante ucraniano Vladimir Klitschko en 2015, aunque nunca pudo defender ese cetro por sus problemas personales, que incluyeron un tratamiento por adicción a la cocaína.

En ese contexo, lo que aparentaba ser una tranquila rueda de prensa antes de la pelea del sábado casi se transforma en una batalla, que obligó a la seguridad de la organización a intervenir para que los dos peleadores no se agredan antes de subir al cuadrilátero.


Después de casi un minuto de un diálogo cara a cara, los peleadores intercambiaron empujones, hasta que la seguridad y miembros de sus respectivos equipos lograron separarlos.

"Los dos estamos emocionalmente involucrados en esto", dijo Wilder, quien vaticinó que será el vencedor. "Ambos queremos dar lo mejor de nosotros, pero tengan por seguro que saldré con la mano en alto", expresó el boxeador nacido en Alabama hace 34 años.

Fury, de 31, cuestionó al vigente campeón: "Él habla mucho, yo no, Yo sólo sé hablar arriba del cuadrilátero y con mis puños le cerraré la boca". Ese comentario desató la bronca de Wilder, que no se contuvo. "No te atrevas decir eso. Te abofetearé", dijo Wilder, que recordó los problemas con las drogas de su rival. "No olvides nunca cuando te encontré, que estabas lleno de cocaína, que eras como una casa grande (de aproximadamente 400 libras, unos 180 kilos) contemplando suicidarte. Así que nunca lo olvides. Te traje de vuelta al mundo del boxeo", disparó el campeón.

Tras la intervención de la seguridad, Wilder y Fury continuaron con los insultos. (EFE)

Esa referencia tiene que ver con que fue Wilder quien contactó a Fury cuando el inglés estaba sumido en una profunda depresión y hundido por su adicción a la cocaína, y lo ayudó a convencerlo de que volviera al boxeo. Después de dos peleas de calentamiento, Fury se enfrentó a Wilder. "Te proporcioné comida para tu familia al pelear contra ti, y lo estoy haciendo por segunda vez. Nunca lo olvides. Te traje al boxeo a lo grande. Te reté a que volvieras", continuó Wilder.

Fury replicó los dichos de su rival y argumentó que Wilder consiguió las mejores bolsas de su carrera gracias a combatir con él.  "Wilder está hablando mucha basura. Me dio una oportunidad, pero le di los mejores días de pago de toda su vida, lo llevé al escenario más grande del mundo. Y aquí está, ¿así es como me agradece?", se preguntó el inglés. "Puse millones en su cuenta. Usted me lo debe todo. Bienvenido al boxeo a lo grande", completó.

Además de las trifulca, los dos boxeadores dieron una rueda de prensa conjunta. (EFE)

La del sábado en Las Vegas será la undécima exposición del cinturón de campeón de Wilder, que intentará romper el empate que mantiene con su ídolo Muhammad Ali en la lista de defensas consecutivas de peso pesado.